En este año 2025 recién estrenado, la Filarmónica de Viena ha interpretado por primera vez una obra de mujer. Se trata del Ferdinandus-Walzer, un vals de la compositora austriaca Constanza Geiger (1835-1890). Esta fue hija de José Geiger, y comenzó desde muy pequeña a dar sus primeros pasos como pianista, actriz, compositora y cantante. De hecho, compuso la obra interpretada en Viena a los 12 años de edad. Geiger fue precoz en prácticamente todo lo relacionado con el arte: debutó a los seis años como concertista de piano, a los nueve ya componía y a los 13 se subió por primera vez a un escenario como actriz. Sin embargo, su carrera profesional finalizó cuando se casó con el príncipe Leopoldo de Sajonia-Coburgo y Gotha, en 1862. Todo ello le ha valido para ser la primera compositora presente en Año Nuevo, el recital de música clásica más seguido del planeta y que se retransmite en casi 100 países.
En el caso de la orquesta de Viena, apenas el 15% de todos los integrantes son mujeres. Además, las que hay solo tuvieron oportunidad de incorporarse a partir de 1997, hace menos de 30 años. En otras palabras: han pasado más de 100 años hasta que se las dejó entrar, pues esta institución se fundó en 1842. La inclusión de músicas en Viena fue, en 1997, todo un debate de Estado. En ese año, la asamblea general formada por los 150 músicos tomó la decisión de hacerlas partícipes, aunque no estuvo exento de polémica: hasta Werner Resell, el presidente de la organización, llegó a declarar que el gran escollo eran los permisos de maternidad de las mujeres.
En España, el panorama no es mucho mejor. Según el estudio llevado a cabo por Pilar Pastor Eixarch en 2016 y 2017, solo el 1% de las obras programadas fueron de compositoras y el 5% de los conciertos de las orquestas sinfónicas españolas fueron dirigidos por una directora. Por su parte, las solistas representaron el 23% de los conciertos.
En 2018 y 2019, algo mejoró la cosa: el 8% fueron directoras, el 5% compositoras y el 28% solistas; aunque las cifras siguen siendo ínfimas. «En este momento de la historia, en plena democracia, es muy grave que no se den las mismas oportunidades. Nos ha costado mucho acostumbrarnos a ver cirujanas, bomberas o policías, aunque el talento y la formación es la misma. Igual pasa en los estudios de composición y dirección», explica Pilar Pastor Eixarch.
La presencia femenina es menor aún en los puestos de concertino (31%), solista (23%) y ayuda de solista (25%).
Tan solo un 33% de mujeres ocupan una silla en las orquestas sinfónicas profesionales españolas, según revela un estudio elaborado por la Asociación Mujeres en la Música. En los puestos de liderazgo, responsabilidad y mayor retribución, aumentan las diferencias. Hay un 31% de mujeres en los puestos de concertino, un 23% en los de solista y un 25% en los de ayuda de solista. En la dirección titular la ausencia de mujeres es completa, ya que no hay ninguna entre las 25 agrupaciones musicales analizadas en el estudio.
Por instrumentos, la sección de cuerda presenta más presencia femenina, ya que supone un 42% frente al 16% del total de los instrumentos de viento. Dentro de las cuerdas, la sección de violines está próxima a la paridad, con un 49% de mujeres violinistas. Las secciones de violas y violonchelos, con un 44%, tampoco están lejos. Son las secciones de contrabajos, por el contrario, las más masculinizadas, con la presencia de tan solo un 9% de mujeres.
Dentro de la poca presencia femenina en las secciones de viento, es en la madera donde se observa mayor número de mujeres: un 26%, frente al muy escaso 5% de los metales. Entre los instrumentos de viento con más presencia femenina están las flautas, con un 49%. Por el contrario, la presencia masculina es masiva en tubas con un 0% de mujeres y los trombones, con solo una mujer solista de trombón en la Orquesta Sinfónica de Tenerife.
La sección de percusión, con un 10% de mujeres, también está altamente masculinizada. Resulta llamativo el caso de las arpas, con un 100% de mujeres intérpretes de este instrumento.
Por lo que respecta a los datos globales por orquestas, las más masculinizadas son la Filarmónica de Málaga y la Simfònica del Vallés, con tan solo un 25% de mujeres en sus plantillas. La más feminizada es la Real Filharmonía de Galicia, con un 43% de mujeres.
En el programa de hoy escucharemos música de Lili Boulanger, Teresa Carreño Constanza Geiger y obras dirigidas e interpretadas por mujeres (Alison Balsom -solista de trompeta- y Alondra de la Parra -directora de orquesta-)
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