El 5 de junio se ha presentado el «I Decálogo para el uso Ético de la Inteligencia Artificial en los medios de comunicación». En el encuentro, en el que han participado la directora de comunicación de la Diócesis, Dorleta Alberdi y el director de las emisoras diocesanas Radio Popular/Herri Irratia y Bizkaia Irratia, Javi Onaindia, ha sido presentado el decálogo, nacido de una reflexión iniciada, hace aproximadamente un año, por la diócesis de Bilbao junto a Euskal Kazetarien Elkartea-Asociación Vasca de Periodistas, Colegio Vasco de Periodistas. Ramón Salaverria: «Cada vez más vamos a estar sometidos a impactos informativos que responden a intereses o a creaciones artificiales».
Dos jornadas
Con motivo de la presentación del decálogo, la diócesis de Bilbao y la Asociación Vasca de Periodistas, han organizado dos jornadas en torno a las comunicaciones sociales, a las que se ha invitado a participar a Andrea Ciucci, experto del Vaticano en Inteligencia Artificial (IA), que esta en la tarde del miércoles 5 de junio ha impartido la ponencia central en la Universidad de Deusto. El programa concluirá el jueves, 6 de junio, con otra sesión organizada por el Instituto Diocesano de Teología y Pastoral, IDTP, y la Mesa de Entidades Culturales, en el que estará presente el obispo diocesano, Joseba Segura.
Entrevista a Ramón Salaverria sobre la IA en los Medios
Ramón Salaverría es Periodista, Catedrático de Periodismo de la Universidad de Navarra y miembro de la Academia de Ciencias Europeas y pionero en el estudio del periodismo digital. Ramón afirma que «es un Decálogo que lo que plantea son una serie de principios de valores esenciales que hay que respetar cuando se incorporan estas tecnologías al trabajo periodístico. Hay que ser conscientes de que la Inteligencia Artificial puede ser utilizada como un recurso para sustituir el trabajo de los profesionales y aplicar una serie de valores que no son estrictamente los valores de servicio de veracidad y de respeto que deben regir en el trabajo informativo entre otros. En el ámbito periodístico hay muchos organismos que preocupados por la posibilidad de que estas tecnologías sean mal utilizadas han promovido este tipo de iniciativas con el fin de encauzar la incorporación de esta tecnología de la manera más adecuada posible».
Punto de partida
Ramón considera que «este Decálogo es más bien un punto de partida porque estamos en la fase en la que estas tecnologías empiezan a ser incorporadas dentro de las organizaciones periodísticas y yo creo que es un buen momento considerar cuáles son las los principios, las guías que deben adoptarse en la implantación de esta tecnología porque no se puede dar la espalda a la transformación digital. Es evidente que van a tener un impacto muy relevante en el trabajo informativo y creo que estamos a tiempo todavía de marcar las directrices éticas principales para poderlo hacer sin poner en peligro los valores esenciales que rigen el trabajo periodístico».
Componente transformador
Ramón expone que «sin duda afectará la Inteligencia Artificial a los medios de comunicación, de eso no cabe ninguna duda. Me parece que tiene un componente transformador. No hay nada tan transformador como esto y creo que en los próximos años, en la década que tenemos por delante, vamos a experimentar transformaciones casi tan grandes en diez años como las que hemos visto unos 30 años anteriores».
Algoritmos
Ramón comenta que «los algoritmos son sistemas de computación y básicamente esos sistemas lo que permiten hacer son grandes volúmenes de cálculo, identificación de patrones mucho mejor de lo que los propios humanos podemos hacer. Pero hay dimensiones de la inteligencia humana que no están al alcance, no sé si habría que añadir el adverbio todavía, de ese tipo de tecnologías que tienen que ver con aspectos vinculados precisamente a los aspectos más esenciales. Por ejemplo, del trabajo periodístico, aspectos que tienen que ver con la ética, con los valores, con la creatividad».
Datos
Ramón explica que «un algoritmo es una sucesión de operaciones matemáticas. Son sistemas que hacen grandes volúmenes de cálculo sobre contenidos que pueden ser de datos absolutamente desbordantes. Por ejemplo, datos meteorológicos, datos de tráfico, datos económicos. Volúmenes de datos que son literalmente inmensos y que esos sistemas, esos algoritmos son capaces de calcular y analizar en tiempo real. Esas herramientas tienen una capacidad de ayudarnos en el trabajo cotidiano y también en el trabajo periodístico. Lo que tenemos que hacer es hacerlas compatible con los valores y con los principios humanos que, en este caso, los periodistas aplican en su trabajo cotidiano».
Noticias
Ramón asegura que «la IA en realidad es un paraguas que abarca un conjunto de tecnologías. Y una de las áreas es la llamada Inteligencia Artificial Generativa. Es la que probablemente más nos ha deslumbrado en los últimos tiempos porque es capaz de generar textos, imágenes y sonidos prácticamente de la nada. No es verdad que sea de la nada porque en realidad se basa en el análisis previo de grandes volúmenes de información textual, gráfica y sonora. Sobre ese volumen de información previamente procesada estas herramientas lo que hacen es algo así como una especie de reelaboración de ese contenido y creación aparentemente de contenidos nuevos. En fin, múltiples datos y sobre esos datos estas herramientas son capaces de generar informaciones completas prácticamente indistinguibles del trabajo periodístico humano».
Objetividad
Ramón declara que «la objetividad es un concepto engañoso porque podría parecer que en la medida en que una información es generada por una computadora automáticamente ese contenido es entre comillas objetivo pero no es así porque los algoritmos no están libres de sesgos. También pueden cometer olvidos, pueden dar mayor relevancia a una serie de parámetros y en cambio encubrir otros. Por tanto, los resultados de sistemas de análisis de análisis, de algoritmos sesgados indefectiblemente es información sesgada».
Uso
Ramón matiza que «hay un riesgo que en estos momentos preocupa especialmente que es el de asociar la Inteligencia Artificial a la desinformación. Muchas de las personas que nos están escuchando ahora habrán oído hablar de los llamados deepfakes, es decir, de esos contenidos gráficos, de vídeos donde juraríamos estar viendo al presidente de Estados Unidos, a una cantante que está haciendo determinado tipo de declaraciones y que en realidad esas voces, esas imágenes han sido manipuladas artificialmente y son prácticamente indistinguibles. El peligro de que organizaciones, actores maliciosos generen contenidos desinformativos para tratar de engañar a la ciudadanía es un peligro que está ahí y que las organizaciones periodísticas deben enfrentar».
Lo ético
Ramón añade que «lo que no podemos dejar en manos de las máquinas es decidir qué es información, jerarquizar la información en función de sus criterios algorítmicos y no los criterios prudenciales o de interés general que en principio son los que un periodista debe aportar en su trabajo, en su trabajo profesional. Yo creo que este tipo de decálogos como el que se ha presentado en Bilbao apuntan precisamente a eso, a establecer un reparto de tareas, de campos donde los periodistas mantengan una responsabilidad final, última sobre la decisión de qué es información y cómo se presenta y la utilización de la tecnología para ayudarles en ese trabajo».
En síntesis
Ramón resume diciendo que «básicamente el Decálogo, estas ideas lo que tratan de plantear es un escenario de responsabilidad por parte de las organizaciones periodísticas para que no incorporen las tecnologías guiadas simplemente por un criterio economicista o de maximizar el tráfico por el tráfico. Me parece que hay un escenario complicado y esto todos lo estamos viendo, una cantidad de contenidos falsificados, contenidos que responden a unos intereses de multiplicar el tráfico por el tráfico. Pero al mismo tiempo nos damos cuenta de que la ciudadanía demanda información de calidad porque ahora consumimos más información que nunca. Estoy convencido de que podemos aportar ideas y contribuciones adecuadas para la mejora del trabajo periodístico».
Conclusión
«Haría un llamamiento a todas las personas que nos escuchan, los propios ciudadanos para que elijan bien las fuentes donde se informan. Cada vez más vamos a estar sometidos a impactos informativos que responden a intereses o a creaciones artificiales. Es muy importante que elijamos fuentes informativas solventes y de calidad», concluye Ramón.
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