En el reciente Foro Abierto de Seguridad celebrado en Zorroza se abordaron temas cruciales para la comunidad, destacando una aparente disminución en la tasa de delitos en el barrio durante los primeros nueve meses de 2024 en comparación con el mismo periodo de 2023. Sin embargo, esta mejora estadística no refleja la percepción de algunos vecinos y comerciantes que siguen viviendo con miedo e inseguridad.
Realidad versus estadísticas
De acuerdo con las cifras presentadas, los delitos han bajado de 128 a 104 en el periodo analizado, con una disminución notable en robos con violencia y en domicilios. A pesar de esto, Erika, una comerciante local con 17 años de experiencia en la zona, ha relatado dos robos violentos sufridos en su negocio durante el último año. «Estos tres últimos años son los únicos en los que he sentido miedo», afirma. Y explica que siente que la vigilan constantemente. La comerciante ha destacado que el problema no se limita al robo, sino a la presencia constante de individuos en situación de vulnerabilidad frente a su local. Esta circunstancia ha generado una sensación de inseguridad, especialmente al cerrar el negocio por la noche.
Conflictos con edificios ocupados
Otro tema candente en el barrio es el problema de los edificios ocupados. El presidente de la Asociación de Vecinos del barrio de Siete Campas, Ricardo Vis, ha relatado cómo un inmueble conflictivo, con problemas de ocupación ilegal y conexiones eléctricas irregulares, sigue generando tensión entre los vecinos. Aunque algunos ocupantes problemáticos han abandonado el lugar, otros entraron enseguida al piso que dejaron vacío. Y así se ha perpetuado el conflicto. Además, hay que destacar que una propietaria que intentó recuperar su vivienda vacía fue agredida por algunos ocupantes.
El paso a nivel: una lucha histórica
Una de las reivindicaciones históricas de Zorroza es la supresión del famoso paso a nivel del tren de FEVE, considerado uno de los más peligrosos del Estado, con una veintena de muertes en su historial. La reciente aprobación por parte del Consejo de Ministros de un proyecto para soterrarlo, con un presupuesto de 113 millones de euros, es vista como un paso positivo por los vecinos. Sin embargo, todavía queda un largo camino hasta su materialización, con plazos estimados de tres a cuatro años antes de que las obras comiencen. Iñaki Llano es vocal de la Asociación Vecinal de Zorroza. Y ha expresado su esperanza en este proyecto, aunque también critica la falta de respuesta a las alegaciones vecinales. Estas incluyen demandas de accesibilidad, mitigación de ruidos y la ubicación más céntrica de las futuras instalaciones ferroviarias.