El Gobierno del Estado ha anunciado recientemente que «ha sacado del cajón» el anteproyecto de construcción del tercer carril en la A8. En concreto, el tramo entre la muga de Bizkaia y la localidad cántabra de Solares. Una obra que supone una inversión inicial de 500 millones de euros y de una extraordinaria complejidad técnica. Sobre esa complejidad ha hablado todo un experto, Carlos Alzaga, Decano del Colegio de Ingenieros, Caminos y Puertos de Euskadi: «No es lo mismo construir carreteras en el valle del Ebro que en la Cornisa Cantábrica, en paralelo al mar y sorteando montañas. El tercer carril va a suponer en algunos tramos la construcción de vías alternativas. Por ejemplo, no veo viable ampliar con otro carril los túneles de Oriñón, que han sido diseñados con las dimensiones que tienen ahora».
¿Tren o tercer carril?
Otro proyecto complejo para unir en menos tiempo las dos comunidades autónomas vecinas es el tren ligero entre Santander y Bilbao, con parada en Laredo y/o Castro Urdiales. La Unión Europea ha dado un varapalo a este proyecto, al negarse a dotarlo de fondos. Así que los 2.000 millones de euros que podría costar tendrían que salir de los Presupuestos Generales del Estado en su totalidad. Y esta obra podría incluso presentar más problemas técnicos que el tercer carril: «Volvemos a la cuestión de la orografía. Un tren de estas características no puede unir las ciudades de una manera lineal. Por ejemplo, para entrar en Laredo, tendría que desviarse, acercarse a la costa, y luego volver a salir de Laredo para retomar su ruta hasta Santander». Sin embargo, Alzaga reconoce que «el tren es una manera mucho más sostenible desde el punto de vista medioambiental que el vehículo privado. Pero sólo va a favorecer a aquéllos que quieran desplazarse de ciudad a ciudad».
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Un trazado obsoleto, casi criminal, como demuestra la alta tasa de siniestralidad, incluso, con velocidades limitadas a 80 km/h. ¿Es eso una vía rápida? A 80 por hora se va por muchas carreteras interiores de un solo carril para cada sentido. Un diseño low cost que está causando muertes, como las de los dos camioneros del puente de Ontón. Uno saltó en llamas al vacío porque no había arcén y otro salió volando con el camión por un lateral. Y otro más que volcó en la mediana. ¿Quién es el responsable de eso? ¿Qué me dicen de los carriles de incorporación de Ontón (y en Castro)? Minúsculos, en curva y en cambios de rasante. ¡Un diez! Y la falta de iluminación. Y las diferencias de drenaje del firme, que afectan gavemente a la visibilidad, adherencia y capacidad de frenado de los vehículos. Un recorrido que estrangula el crecimiento de localidades como Castro-Urdiales y que, incluso, se pone por delante de núcleos de población, como en Allendelagua y Cerdigo. La autovía, encima del mar, lo nunca visto. Una vergüenza. ¿Por qué no se juzga a las personas que diseñaron (ingenieros) y aprobaron (políticos) este trazado criminal? No hay peraltes, los radios de las curvas son inadecuados, las barreras de protección son insuficientes y las pantallas acústicas, inexistentes donde hacen falta (en San Pelayo ya salieron volando, de lo bien hechas que estaban). Tres palabras: recta, túnel, peralte. Y planificar bien los accesos. Poca trena hay en España.