

En esta entrega de TOURrescusa, Iker Torrescusa y Markel Francia han visitado la bodega Butroi, situada muy cerca del centro de Gatika. Allí les ha recibido David Torre, uno de los socios del proyecto, para explicarles el proceso de elaboración del txakoli y la sidra que producen en sus instalaciones.
El trabajo de la bodega comienza con la poda y el cuidado de las viñas, repartidas por varios municipios vizcaínos como Lezama, Zamudio y Gatika. La lucha contra el mildium, una de las enfermedades que más afecta al viñedo, forma parte del día a día del equipo. La meteorología y la paciencia son claves en un proceso que combina conocimiento técnico y respeto por la naturaleza.
Un vino con reposo y carácter
El txakoli de Butroi se elabora con fermentaciones lentas que permiten obtener un vino fresco y equilibrado. “Nos gusta que el txakoli tenga su tiempo, que repose”, ha explicado Torre. La primera embotellada suele realizarse en marzo, cuando el vino ha pasado todo el invierno en reposo. Dependiendo de la cosecha, la producción puede oscilar entre 50.000 y 90.000 litros anuales.
Sidra y zumo, otras pasiones
La bodega también produce sidra con variedades de manzana vizcaínas, guipuzcoanas y asturianas, un trabajo que comienza una vez terminada la vendimia. A ello se suma la elaboración de zumo pasteurizado, pensado para niños y personas que no consumen alcohol. “Cada variedad de manzana da un toque distinto, y cada año la sidra cambia un poco”, ha señalado el productor.
Un oficio con futuro
La bodega Butroi combina tradición familiar e innovación. Aunque el relevo generacional aún no está del todo asegurado, los hijos de los socios colaboran cada vez más en las labores de gestión y digitalización. Con proyectos como este, Gatika reafirma su lugar en el mapa del txakoli vizcaíno.