El Surne Bilbao Basket regresa este domingo a la competición tras 18 días de parón. Aún con el mal sabor de boca que dejó la derrota en Burgos tras dos prorrogas en un partido que tuvo ganado. Toca centrarse en el presente, sin embargo tanto los compromisos internacionales como la sorprendente salida de Valentin Bigote del equipo no han dejado trabajar con normalidad al equipo.
“No me lo esperaba antes de que nos lo dijera. Lo dijo con un mal timing. No hay mucho más que decir. Lo que queremos son jugadores que quieran y tengan ganas de estar aquí, que crean en el proyecto, y si no están así, mejor que no estén”, reconoce el entrenador de los MIB Álex mumbrú.
El técnico catalán espera poder contar con todos hombres para recibir al Joventut de Badalona, pero no está siendo una buena semana de trabajo. Aún no han trabajado con el equipo debido a compromisos internacionales Ángel Delgado (República Dominicana), Ludde Hakanson (Suecia) y Gytis Masiulis (Lituania). El lituano dio positivo por coronavirus junto a cinco jugadores y está a la espera del negativo concluyente para regresar a Bilbao.
Problemas físicos
Finalmente Ángel Delgado podrá jugar a pesar de la sanción de un partido por su descalificación en Burgos ya que finalmente ha quedado en una multa económica. Poco probable es que pueda jugar Tomeu Rigo por un nuevo problema muscular y Hakanson tiene una rodilla inflamada tras la paliza física que se dio con su selección.
Muchos condicionantes para medirse a un Joventut de Badalona que también cuenta con problemas físicos, pero con una cantera de gran nivel. “Es un equipo muy maduro y compensando que juega bien el pick and roll, con gente que sabe lo que tiene que hacer cada momento y cómo afrontar los partidos. Están bien entrenados y tenemos que estar bien en todas las líneas, ser listos para cuando llegue cada momento y aprovecharlo”, aseguró.
Gran entrada
Se espera la mejor entrada en el Bilbao Arena de toda la temporada al caer las restricciones de aforo.”Justo hace dos años, por estas fechas, fue cuando jugamos ante Obradoiro con diez mil personas y, dos años más tarde, volvemos. Si no hay diez mil puede haber 9.800. Parece que se va a volver a llenar Miribilla y eso es importante tras un año sin público y después con las restricciones. Necesitamos a nuestra gente y vibrar todos juntos”, finalizó.