A lo largo de la historia, ha habido diversas drogas que han mantenido en vilo a una ciudad, a un país o incluso al mundo entero por su capacidad expansiva, la última en llegar es el «tranq». Una droga principalmente compuesta por xilazina, un sedante animal que se utiliza mezclándolo con otro tipo de drogas.
La xilazina es un medicamento para animales aprobado en 1972 por la FDA como sedante y analgésico. Se utiliza en muchas especies animales diferentes para calmar y facilitar el manejo, realizar procedimientos diagnósticos y quirúrgicos, aliviar el dolor o actuar como anestésico local.
El Gobierno de Estados Unidos ha tenido que hacer frente a este problema aplicando una serie de medidas restrictivas contra la importación ilegal de xilazina. La Administración de Drogas y Alimentos estadounidense ha indicado que la xilazina, que no está aprobada para su uso en humanos, ha provocado efectos secundarios graves y potencialmente mortales.
El ‘tranq’, que causa heridas putrefactas en la piel de los consumidores, ha alarmado a expertos en salud pública, así como a legisladores, que están luchando por controlar una crisis de opiáceos que está matando a miles de personas cada mes.
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Efectos del «tranq»
Coloquialmente se le ha denominado como la droga zombi porque los efectos principales son somnolencia excesiva y depresión respiratoria, por lo que en los barrios más marginales de Estados Unidos ya se han visto a varias personas deambulando por las calles como si hubiesen salido de The Walking Dead. Sin embargo, el principal efecto es el que produce sobre la piel, que va quemándose poco a poco hasta dar la sensación de estar podrida. A pesar de ser tan letal en cuanto a efectos adversos y en cuanto a dolor, la capacidad adictiva es tan fuerte que los consumidores acaban acostumbrándose y resistiendo ese dolor.
La xilazina, que se ha identificado principalmente en combinación con heroína y fentanilo, se detecta cada vez más en el suministro de drogas ilícitas y en la sobredosis de drogas en humanos.
El fentanilo presente en el 90% de las drogas callejeras
El fentanilo, una de las muchas sustancias con las que se mezcla la xilazina, es 100 veces más fuerte que la morfina y ya se estima que en Filadelfia está presente en el 90% de las drogas callejeras por su fácil adquisición. Se trata de un opioide sintético que habitualmente se utiliza para frenar el dolor intenso. Se estima que en el año 2021 fallecieron cerca de 70.000 estadounidenses por el consumo de dicha sustancia, lo que supone una media de casi 200 personas diarias. En España, los últimos datos de fallecimientos por fentanilo datan de 2018, en el cual fallecieron 611 personas, cifra muy baja en comparación con Estados Unidos.
De momento, «el tranq» no cruzará el charco
Poco a poco ha ido llegando a diferentes ciudades y entornos de Estados Unidos, de hecho, ya ha llegado a la Gran Manzana. Los médicos de los diferentes hospitales de Nueva York se preparan para un aterrizaje masivo de esta droga que ya ha causado muertes en Filadelfia, Carolina del Sur y California, donde se detectaron al menos cuatro muertes a consecuencia del consumo del «tranq». Sin embargo, su expansión no está siendo tan rápida como lo fue la de otras drogas en su momento. Hasta el momento no se ha advertido la presencia de esta droga en ningún país europeo y ante las serias medidas que está tomando el Gobierno de Estados Unidos parece complicado que en algún momento llegue a nuestras calles.
