El foco se sitúa por fin en el partido que este jueves decidirá si el Athletic regresa a una final copera tres años después. La clasificación para la gran cita de La Cartuja desataría, una vez más, la pasión zurigorri, mientras que una hipotética eliminación dejaría tocado al entorno rojiblanco, más allá de la entidad del rival o de la buena temporada que está firmando el equipo con esa quinta plaza.
La tarde aciaga vivida en Sevilla no va a influir para nada en el estado de ánimo de jugadores y público de cara al choque contra el Atlético de Madrid. La atmósfera que, rodea a una semifinal copera en La Catedral no tiene parangón. Durante 90 minutos, o puede que algo más, el mundo se detiene para perseguir ese ansiado sueño: la vigésimo quinta.
Ernesto Valverde lanzó un mensaje de ambición en Sevilla plantando su once de gala ante el Betis, a excepción de Iñaki Williams, que bien merecía un pequeño descanso. Su idea era certificar, virtualmente, la clasificación europea del equipo antes de jugártela en Copa y de recibir al Barca sin apenas descanso. No salió bien.
Llegar con derrota
Que el equipo tiene un problema fuera de casa es ya una obviedad. Suma un solo triunfo en sus últimos siete partidos a domicilio. En la segunda vuelta ha sacado dos puntos de doce posibles, marcando sólo un bacalao en cuatro partidos. Afortunadamente compensa todo eso con su rendimiento en casa, donde se erige como uno de los mejores equipos europeos en su feudo. Fuera de casa el equipo no muerde y sin intensidad se convierte en un equipo del montón.
La verdad es que no le tenía mucha fe al partido del Villamarín porque siempre que se les ha puesto la jornada propicia a los leones, han fallado. Y si a eso le sumamos que cuatro días después les esperaba un partido definitivo, más motivos para dudar. Por si esto fuera poco, Yuri se mete un gol en propia puerta, luego se lesiona, Vivian ve la quinta amarilla y Nico Williams se equivoca gravemente al auto expulsarse por una tontería.
Vale que Cuadra Fernández estuvo mal y que la primera cartulina que le mostró al menor de los Williams no tenía razón de ser, pero después de ser amonestado no puedes aplaudir al árbitro en plan mofa su decisión porque todos los jugadores saben que eso conlleva expulsión. Entiendo que la gente esté mosqueada con árbitro porque en su día se arrugara por el mismo motivo ante Vinicius, pero el error está ahí y no en la segunda amarilla a Nico. Que reflexione como le pedimos también en su día a Sancet tras ver dos rojas.
Final a la vista
El Athletic está a un paso de poder meterse en otra final, pero ese paso es el que más cuesta como comprobamos la campaña anterior ante Osasuna. El Atlético sabe que su única opción de ganar un título, como los leones, se halla en esta competición y va a poner todo su fútbol y su experiencia al servicio del resultado. En esta ocasión llegan con un día más de descanso y con el añadido que los rojiblancos jugaron desde el minuto 40 con uno menos. Aun así, no valen las excusas ante una cita tan especial. El conjunto zurigorri tiene una pequeña ventaja en el marcador y por jugarse en Bilbao, pero nada definitivo si no demuestran su nivel habitual en su terreno de juego.
No sé qué once tendrá Valverde en la cabeza, pero no creo que haya demasiadas sorpresas empezando por Agirrezabala en portería. Yuri no parece que pueda llegar al compromiso del jueves, al menos para ser titular, y su puesto lo ocupará Lekue que todo apunta a que sí estará disponible. Con De Marcos, Vivian y Paredes conformarán la zaga porque Yeray arrastra un esguince. Prados y Galarreta parecen fijos, los Williams en las bandas con Guruzeta en punta y sólo me queda la duda de la media punta. Lo normal es que jugara Sancet, pero su bajo estado de forma y el dardito que le tiró su entrenador en sala de prensa me hace pensar que Unai Gómez puede arrancar el partido, como hizo ante el Girona, para darle energía a ese centro del campo.
