El Departamento vasco de Economía, Trabajo y Empleo ha afirmado que Lanbide propone un nuevo sistema «más justo» para promover el acceso al trabajo de los perceptores de ayudas, de forma que mantiene el apoyo a las personas trabajadoras con bajos ingresos y lo mejora en el caso de las familias monoparentales y de mayor tamaño.
En un comunicado, el Departamento ha precisado, en relación a noticias publicadas este martes sobre el decreto que regula los estímulos al empleo de aplicación a las personas beneficiarias de la Renta de Garantía de Ingresos y de las Ayudas de Emergencia Social, que no plantea «reducir la RGI a un tipo de perceptores para trasvasar ese presupuesto a otros».
Según ha explicado, se ha definido un nuevo modelo para bonificar los ingresos por trabajo de las personas beneficiarias de la RGI, articulando un sistema «más progresivo y más justo» con las personas y familias que cobran la RGI y tienen ingresos por trabajo. Con dicha bonificación, ha indicado, se impulsará la inclusión al mercado laboral de más personas perceptoras de ayudas.
También ha aclarado que las personas que viven solas y trabajan no van a quedar «desprotegidas», sino que van a seguir accediendo a bonificaciones al empleo, aunque de menor cuantía a la que han venido recibiendo hasta ahora.
Perceptor que vive sólo
A modo de ejemplo, ha señalado que a una persona perceptora de RGI que vive sola y tiene unos ingresos por trabajo de 400 euros mensuales se le bonificarían con el nuevo sistema 147 euros (un 37% de sus ingresos), que no se le computarían para calcular su cuantía de la RGI.
De esta forma, tendría unos ingresos mensuales finales de 987,93 euros (587,93 euros de RGI + 400 de trabajo), frente a los 840,68 euros que recibiría esa misma persona de la RGI en ausencia de ingresos.
Hasta ahora con el sistema actual vigente se le bonifica hasta un 94% de esos ingresos por trabajo.
En el caso de una familia de dos adultos y dos menores con unos ingresos por trabajo de 800 euros, en la actualidad se le bonifica únicamente un 20% de dichos ingresos. Con el nuevo modelo, sin embargo, se le pasaría a bonificar un 37% de esos ingresos por trabajo, esto es, 294,51 euros. «Con ello se corrige la desigualdad que había con el viejo modelo, vigente desde 2001, y sobre todo hace que siempre compense trabajar», ha destacado.
Para el Departamento de Trabajo, «precisamente ese es el objetivo del decreto: promover el tránsito al empleo de las personas perceptoras de prestaciones, y acompañar mejor las situaciones no deseadas de bajos salarios».
Evaluación del sistema
La Ley 14/2022 del sistema vasco de garantía de ingresos y para la inclusión emplazó a realizar una evaluación del sistema y a lo largo de 2023 se realizó dicha evaluación, tanto cualitativa como cuantitativa.
Para ello, se encuestó a 1.443 personas trabajadoras que complementan su renta de trabajo con la RGI y se pusieron en marcha cuatro grupos de discusión.
Una vez culminado el estudio se determinó que el sistema de estímulos al empleo era un modelo «exitoso», con un efecto positivo en el tránsito hacia el empleo y en la calidad del empleo al que se accede.
No obstante, también se detectaron algunos ámbitos de mejora, ya que las unidades de convivencia unipersonales resultan «mejor tratadas que las formadas por un mayor número de personas». «El sistema actual tiene escasa sensibilidad a las responsabilidades familiares y al coste de crianza, no se atiende a las características diferenciales de las unidades de convivencia, a la existencia de menores o las situaciones de monoparentalidad», ha precisado.
Tampoco se contempla en el modelo la intensidad laboral, tanto extensiva (que más miembros de una Unidad de Convivencia se incorporen al empleo) como intensiva (la decisión de pasar de trabajar de jornada parcial a jornada completa). Además, se constató que las cuantías de los incentivos al empleo son menores a medida que los ingresos laborales de las Unidades de Convivencia crecen.
Jornadas parciales
Las jornadas parciales están «sobre estimuladas», mientras que el paso a jornada completa apenas se estimula. Finalmente, también se constató que la fórmula de cálculo era «muy compleja y resultaba difícil» para las personas comprender el sistema, algo fundamental para decantarse por aceptar un trabajo.
Atendiendo a los resultados de la evaluación realizada, se realizó la nueva propuesta de sistema de estímulos al empleo, con los siguientes objetivos: Mantener la política de apoyo a las personas trabajadoras con bajos ingresos y mejorarla en el caso de las familias de mayor tamaño, incrementando así la cobertura del modelo; centrar los incentivos en la decisión individual de participar o no en el empleo y en la elección personal sobre el número de horas trabajadas.
Otros fines
Otros fines son: implementar la perspectiva de género a través de incentivos a la participación en el empleo de los segundos miembros de las parejas, que en su mayoría son mujeres, y mediante el apoyo económico en el acceso al mercado laboral de las familias monoparentales, mayoritariamente encabezadas por mujeres; y conseguir una mayor transparencia y comprensibilidad del modelo.
Con ello se ha diseñado un nuevo modelo que propone: aplicar una bonificación general (a todas las personas que tengan ingresos por trabajo se les bonificará un 20% de sus ingresos propios de su actividad laboral); adicionalmente, se aplicará una bonificación personal en función de la participación en el empleo, que será del 12% de la cuantía base de la prestación (67,25 euros) para las personas que trabajan con una intensidad laboral baja y del 22% de la cuantía base de la prestación (123,30 euros) para las personas que trabajan con una intensidad laboral alta.
Por último, se aplicará un descuento complementario a las Unidades de Convivencia monoparentales del 25% de la cuantía base (140,11 euros) para compensar el coste de crianza.