El buque humanitario Aita Mari ha atracado en el puerto siciliano de Catania (Italia), completando el desembarco de 53 personas rescatadas en el Mediterráneo central. Entre los rescatados, un grupo compuesto mayoritariamente por jóvenes y menores de edad, se encontraban personas que llevaban tres días a la deriva en el mar antes de ser localizadas y auxiliadas.
Según ha informado Salvamento Marítimo Humanitario, el desembarco, que se produjo sobre las 16.00 horas de este pasado miércoles, se ha desarrollado sin incidentes, dando prioridad a la atención médica de dos personas en estado grave, quienes fueron examinadas por las autoridades italianas para confirmar los diagnósticos iniciales realizados por el equipo sanitario del Aita Mari.
Los rescatados proceden de Eritrea, Etiopía y Sudán del Sur, «países marcados por conflictos armados y crisis humanitarias prolongadas», han destacado desde la ONG. Según los testimonios recogidos por la tripulación del Aita Mari, muchos de ellos «soportaron largos y peligrosos trayectos a través del Sahara, enfrentándose a condiciones extremas», antes de quedar atrapados en Libia.
En territorio libio, relatan haber sido sometidos a «torturas, palizas y encarcelamientos» en centros de detención gestionados por «milicias y redes corruptas». Tras años intentando cruzar el Mediterráneo, algunos describen situaciones en las que se les exigía pagar grandes sumas de dinero, bajo amenaza de muerte, para obtener su liberación.
Tras su llegada a Catania, las personas rescatadas han pasado a tutela de las autoridades italianas, que serán responsables de iniciar sus procesos de solicitud de asilo.
El equipo del Aita Mari continuará en puerto durante los próximos días debido a las previsiones de tormenta, mientras sigue trabajando para «dar visibilidad a las historias de quienes huyen de conflictos y violencia en busca de un futuro más seguro».