

El buque ‘Aita Mari’ de la ONG Salvamento Marítimo Humanitario (SMH) ha desembarcado este lunes en el puerto italiano de Salerno con 108 personas a bordo, rescatadas durante el pasado fin de semana en el Mediterráneo central.
Denuncian condiciones extremas en la travesía
La tripulación ha denunciado que el Gobierno italiano les ha obligado a navegar durante dos días bajo un temporal con rachas de más de 25 nudos y olas superiores a los dos metros, al no asignarles un puerto seguro más cercano. Desde el barco se ha solicitado sin éxito un destino alternativo con mejores condiciones.
Personas en situación de especial vulnerabilidad
El rescate se ha producido el 5 de abril, cuando las 108 personas —84 hombres, 13 mujeres y 13 menores— se encontraban a la deriva. Varias de ellas se hallaban en una situación especialmente vulnerable. Proceden de once países, algunos inmersos en conflictos prolongados como Sudán, Togo o Nigeria.
Según ha informado la ONG, tras el rescate los migrantes pasaron la noche mojados y con frío, pese a los esfuerzos de la tripulación. Se ha dado prioridad a mujeres y menores, que han sido alojados en las zonas más protegidas del buque.
Críticas al gobierno italiano por no facilitar un puerto cercano
La vicepresidenta de SMH, Amaia Iguaran, ha criticado que la asignación de Salerno como puerto seguro ha supuesto un sufrimiento adicional evitable: “La exposición de los y las supervivientes a estas condiciones ha sido innecesaria”.
Iguaran ha subrayado que esta práctica responde a una estrategia de desgaste hacia las ONG de rescate: “El Gobierno italiano ha incumplido una vez más los principios humanitarios al asignar un puerto lejano”.
Riesgo para las futuras misiones de rescate
Desde SMH han advertido que esta podría haber sido la última misión del ‘Aita Mari’ antes de la entrada en vigor del nuevo Pacto Europeo sobre Migración y Asilo, una legislación que, según denuncian, criminaliza y castiga el trabajo humanitario en el Mediterráneo.
La nueva normativa prevé la externalización de fronteras y centros de retorno en terceros países, un modelo impulsado por el gobierno de Giorgia Meloni que, según SMH, podría vulnerar sistemáticamente los derechos humanos de las personas que solicitan protección internacional.
Desde su puesta en marcha, el ‘Aita Mari’ ha rescatado con vida a 1.522 personas. “Una tragedia humanitaria que no se puede detener con políticas antiinmigración, porque de lo que huyen es peor que la posibilidad de morir ahogados”, ha concluido Iguaran.