Hay jugadores que tienen algo especial que les diferencia de los demás. Selton Sued Sánchez es uno de ellos. La familia rojiblanca disfrutó con su aparición estelar como titular en San Mamés dejando destellos de calidad, propios de un gran jugador. Al verle nos retrotraemos a la irrupción de otros cracks como Nico Williams, Iker Muniain o Julen Guerrero. Ahora hay que hacer lo más difícil, recorrer el camino.
El durangarra, afincado en San Miguel de Basauri, ocupó ante el Oviedo la media punta destinada a Oihan Sancet y no le pudo la responsabilidad a pesar de ser un partido marcado en rojo ante el colista. Estuvo suelto, participó en el juego y se le vio disfrutar sobre le terreno de juego. Prueba de ello es la rabona que empleó para intentar un pase al espacio y que desató tanta admiración en la grada. Más allá del recurso técnico, la acción denota una confianza en sí mismo que nos hace ilusionarnos.
Aprovechar las ausencias de Sancet
Selton lleva en la élite los mismos partidos que con el filial en Primera Federación, dos. Es un jugador que ha acortado los plazos de formación y a sus 18 años pide un sitio en la mesa. Ernesto Valverde no hace concesiones a la galería y si apuesta por un jugador es porque confía en él. Pasó lo mismo con Mikel Jauregizar, que tras debutar en Santander en Copa, se ganó un sitio y ahora es un indiscutible para ‘Txingurri’.
Tampoco se trata de endiosar a un jugador recién llegado porque todavía tienen todo por demostrar, pero, la ilusión que ha despertado en la grada no se recordaba desde hacía mucho tiempo en Bilbao. Con las baja que acumula el equipo y la falta de clarividencia en ataque, prescindir ahora de este espigado jugador de 185 cm sería pegarse un tiro en el pie y Valverde no es tonto, necesita soluciones. La falta de continuidad de Oihan Sancet le puede facilitar su aterrizaje en el primer equipo porque Selton ha llegado para quedarse.