Ciencia y salud
El director de la Fundación del Olivar, Javier Olmedo, nos ha explicado que el mercado ha reaccionado a una cosecha media y a una mayor disponibilidad de producto, con el foco puesto en la calidad del virgen extra.
El aceite de oliva ha vuelto a precios más reconocibles en los lineales, después de una etapa en la que muchas familias han llegado a pagar cifras muy altas por una botella de virgen extra. Desde Jaén —principal zona productora del mundo—, el director de la Fundación del Olivar, Javier Olmedo, ha situado el contexto: la campaña actual está dejando más oferta y el mercado ha ajustado los precios.
Del récord de los 12 euros a los 4,5 en marca blanca
En la entrevista, Olmedo ha señalado que la bajada se entiende por la ley de la oferta y la demanda. Tras “años de precios estratosféricos”, el producto ha dejado de escasear y eso ha permitido que el consumidor encuentre el virgen extra a importes más asumibles.
El director de la Fundación del Olivar ha puesto como ejemplo el precio del virgen extra más económico —en marca blanca—, que se ve ya alrededor de 4,5 euros, frente a los 12 euros que muchas personas han llegado a pagar en el pico de la crisis.
Una campaña en marcha, con la lluvia marcando el ritmo
La recolección está en pleno desarrollo. Olmedo ha explicado que los aceites tempranos (recogidos entre finales de septiembre, octubre y primeros de noviembre) han terminado ya su fase principal, y que ahora la campaña “normal” está activa, aunque se ha visto interrumpida por lluvias intermitentes.
Cosecha media y calidad alta: 1,3 millones de toneladas
Uno de los datos clave que ha aportado Olmedo ha sido el volumen: la campaña se ha situado en torno a 1.300.000 toneladas (con variaciones según aforos). Ese nivel ha aliviado la tensión del mercado frente a los años de sequía, cuando la reducción de cosecha ha empujado los precios al alza.
Junto a la cantidad, Olmedo ha destacado la calidad: “Es un auténtico lujo poder contar con un aceite de oliva virgen extra”, al que ha descrito como un “zumo” obtenido sin procesos más allá de la extracción.
¿Lo que compramos ya es de esta cosecha?
Sobre la presencia de la nueva campaña en supermercados, Olmedo ha matizado que en la mayoría de casos el aceite embotellado todavía corresponde a la campaña anterior, porque el producto necesita decantación y envasado. En cambio, los tempranos sí se envasan y se consumen con rapidez.
En su previsión, a comienzos de año se consume ya, de forma mayoritaria, aceite de la nueva temporada. En este punto, ha recomendado una pista sencilla para el consumidor: mirar el envase y comprobar la fecha que indica la campaña.
Cómo elegir un virgen extra: el “temprano” y el valor de la cata
La entrevista ha girado también hacia el consumo consciente. Olmedo ha insistido en que el color “no es determinante”, pero el aroma y el sabor ayudan a reconocer un buen producto. Para estas fechas, ha planteado el aceite temprano como una opción especial: “Es una auténtica maravilla verter ese aceite en un plato… y poder saborearlo”.
También ha defendido que un virgen extra premium, aunque cuesta más, se aprovecha durante semanas en casa: “una botella… dura 20, 25 o 30 días”, ha comparado, frente a consumos más rápidos de otros productos.
En clave cercana, la conversación ha puesto un ejemplo muy reconocible en Bilbao y Bizkaia: el bacalao al pil-pil, donde el resultado depende en buena medida de cocinar con un aceite de oliva virgen extra de calidad.
Salud: colesterol, corazón y estudios sobre neuroprotección
Olmedo ha recordado que cada vez se publican más estudios sobre las bondades del virgen extra y que en el sector se trabaja para reforzar la información al consumidor. Entre los asuntos citados, ha mencionado investigaciones vinculadas a la Universidad de Houston y también trabajos en la Universidad de Navarra. Actualmente, un equipo de científicos de Houston están investigando en Jaén las propiedades del aceite de oliva para evitar la aparición del Alzheimer.
En paralelo, ha explicado que a nivel nacional se está trabajando en lograr una alegación saludable para el aceite de oliva (por ejemplo, sobre colesterol o riesgos cardiovasculares y neurológicos), y que en la Unión Europea solo existe una alegación concedida a una marca concreta.
Estados Unidos, gran importador, y el foco en los aranceles
El director de la Fundación del Olivar ha subrayado que Estados Unidos se ha convertido en un gran importador de aceite de oliva y que España está entre los principales orígenes del producto que allí se consume. En ese mercado, Olmedo ha situado los aranceles en torno al 15%, y ha indicado que el precio final en tienda está condicionado por varios factores, no solo por la tasa.
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