Un grupo de periodistas de Euskadi y Madrid han reclamado en el Parlamento Europeo, junto a otras organizaciones y colectivos, la liberación del reportero español Pablo González, que lleva 16 meses en prisión preventiva en Polonia. Entre los participantes se encontraba Oihana Goiriena, pareja de Pablo y madre de sus hijos, que nos cuenta cómo se vivió de cerca la concentración que tuvo lugar esta semana. Con optimismo, comenta que «creo que algo ya sacaremos, sobre todo lo más positivo fue la atención que recibimos de varios europarlamentarios, que se mostraron atónitos porque no se habían enterado y pusieron iniciativas que quieren llevar a cabo, entre otras cosas, pedirían una visita de varios europarlamentarios a la cárcel».
Pablo González está detenido en Polonia acusado de espionaje por los servicios de seguridad polacos, sin que se hayan hecho públicas pruebas contra él, desde el 28 de febrero de 2022, cuando informaba sobre la crisis humanitaria en la frontera entre Polonia y Ucrania, tras la invasión rusa. «Se trata de un caso sin precedentes, ya que es el único periodista encarcelado en un Estado miembro de la Unión Europea», ha advertido la FAPE.
Pablo González es descendiente de los llamados «hijos de la guerra», es decir, de los niños españoles que fueron evacuados hacia la URSS durante la guerra civil, tiene la doble nacionalidad española y rusa. Profesionalmente, está especializado en el mundo postsoviético y era colaborador habitual del diario Público y de la cadena de televisión La Sexta. «Espero que las autoridades europeas presionen a Polonia para que Pablo tenga un juicio justo. Pedimos que no se prorrogue su prisión preventiva más allá de lo estrictamente necesario, y que se le permita recibir visitas y llamadas telefónicas de forma regular», declaraba Oihana Goiriena.
Goiriena detalla las condiciones a las que está sometido el periodista: «Pablo está considerado como un preso peligroso, por lo que pasa 23 horas al día aislado en su celda y solo tiene permitido salir al patio del recinto durante una hora». En el año y medio que lleva detenido, el periodista ha recibido en doce ocasiones la visita de personal diplomático de la Embajada de España en Polonia, según confirmaban a la FAPE fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores.
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