Social y religión
El Museo de Arte Sacro de Bilbao acogía el 16 de noviembre la inauguración de la exposición “Sorolla y las reliquias” que permanecerá abierta hasta el 31 de enero de 2024. El acto contaba con la presencia del obispo de Bilbao, Joseba Segura; del director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, Miguel Zugaza, del director técnico del Museo de Arte Sacro, Juan Manuel Gónzález Cembellín y del coordinador de conservación e investigación del Museo de Bellas Artes de Bilbao, Javier Novo. Una visita a la exposición «Sorolla y las reliquias» en el Museo de Arte Sacro. La exposición se amplía hasta el 29 de febrero de 2024.
Convenio de colaboración
Juan Manuel González Cembellín, Director del Museo de Arte Sacro de Bilbao, comenta que «la muestra se enmarca dentro del convenio de colaboración entre ambos museos, que se puso en marcha en 2021, con un programa de actividades, la primera de ellas en torno a la exposición Luis Paret en Bilbao».
Sorolla
Juan Manuel recuerda que «en 2023 se cumplen cien años de la muerte de Joaquín Sorolla» y con ese motivo se han organizado numerosas actividades conmemorativas. Hace unos meses Sorolla fue protagonista de una muestra en el Museo de Bellas Artes, que ahora repite, en compañía del Museo de Arte Sacro con la exposición «Sorolla y las reliquias».
La pintura religiosa de Sorolla
Juan Manuel señala que La exposición consta de dos cuadros “El beso de la reliquia” y «Mesa petitoria«.
“El beso de la reliquia” es una obra diferente, atípica, a la de Sorolla luminoso, de playas y sol, al que estamos habituados. El pintor valenciano también destacó, sobre todo al comienzo de su carrera, por sus escenas costumbristas de temática religiosa. Ejemplos de ello tanto «El beso de la reliquia» como el otro cuadro que protagoniza la exposición, «Mesa petitoria«, ambos cedidos para esta muestra por el Museo de Bellas Artes de Bilbao.
Juan Manuel afirma que «la exposición va más allá de las obras de Sorolla. Nos acerca al mundo de las reliquias, de los relicarios y de los rituales. La muestra acerca también estos aspectos del patrimonio material e inmaterial. Se combina las colecciones del Museo de Bellas Artes con la nuestra y con el patrimonio de toda la diócesis de Bilbao y hacemos una especie de max-mix entre arte, devoción, creencia, mentalidad y patrimonio inmaterial. Es una exposición particularmente atractiva por esta mezcla de contenidos».
Reliquias y relicarios
Juan Manuel explica que «las reliquias debían estar protegidas en un estuche adecuado, digno de su contenido: el relicario. El relicario es el contendor de las reliquias. Y la exposición Sorolla y las reliquias dedica buena parte de su espacio a mostrar la variedad de estos contenedores».
«Los más antiguos son sencillas cajitas de madera, como la lipsanoteca de la ermita de San Lorenzo de Ozerinmendi (Zeanuri), que puede remontarse al siglo XII. Pero pronto se pasó a la construcción de relicarios de metales preciosos, realizados a veces por artistas de renombre».
«En ocasiones tienen la forma de la parte del cuerpo a la que corresponde la reliquia, como la mano de plata del Gorputz Santue (Cuerpo Santo) de Errigoiti, una momia natural que ya desde el siglo XVI curaba problemas del habla, como la tartamudez».
«Pero las tipologías son muchas: con forma de cilindro (como la del cuadro de Sorolla) es la de Abadiño, y las hay de tipo custodia (Sukarrieta, Markina), cruz (Berriz), obelisco (Bermeo), pirámide (Lekeitio), templo clásico (Berriz)… Y los materiales: sobre todo los hay de plata, pero también de madera, latón, tejido…»
«Además, están los relicarios colgantes: medallones que la gente llevaba colgados al cuello. O las estampitas-relicario, como la que nos muestra una crucecita realizada con madera de un avellano plantado por Santa Teresa».
Juan Manuel enumera algunas de las reliquias que se pueden contemplar en la muestra que tienen una especial significación para Bizkaia: por ejemplo, los relicarios de San Valentín de Berriotxoa y San Ignacio de Loyola. Y la reliquia de la máscara mortuoria de la beata Rafaela de Ybarra, fallecida en 1900, En el momento en que murió se le sacó un molde de su cara y con ese molde se hizo una máscara, una réplica de su cara. Es lo que se puede ver en la exposición. Se ha convertido en sí mismo en una reliquia y en un objeto de veneración»,
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