Estamos viviendo un arranque atípico en las bandas del Athletic. Ninguno hubiéramos adivinado hace unos meses que Iñigo Lekue y Mikel Balenziaga serían los titulares indiscutibles para Marcelino. Es cierto que las exigencias del guión han propiciado esta situación, pero no es menos cierto que ambos se mantienen en el puesto por méritos propios. La lesión de Yuri ha devuelto al de Zumárraga al primer plano de la actualidad, y como siempre, ha sabido cumplir con creces.
En el costado derecho comenzábamos el curso futbolístico con overbooking. Capa, De Marcos, Lekue y Petxarroman. Cuatro nombres para un sólo puesto. Pues bien, a las primeras de cambio, el «Gudari» se lesionó en la primera jornada en Elche y Lekue fue quién se hizo con la plaza ante la ausencia de Capa y del nuevo fichaje del club. Hasta aquí habas contadas,
Ante el Rayo Vallecano, con todos los laterales diestros a disposición del entrenador, Marcelino desplazó a Lekue a la izquierda, y apostó por De Marcos en el carril del «2». Nada extraño habida cuenta que la pasada temporada, elegía casi siempre que podía al de Laguardia en detrimento del de Portugalete. Algo que ya generó debate la pasada campaña.
Lesión y espera
Su último encuentro oficial con la camiseta rojiblanca fue el 25 de abril en San Mamés ante el Atlético de Madrid. Hablamos de la jornada 32 cuando salió de inicio y dio una exhibición de poderío por su banda. Potencia, velocidad, profundidad, coberturas, un partido perfecto para demostrar a Marcelino que podía contar con él como antes había contado Garitano, con quién era un fijo en la alineación. Una lesión que le privó de ganarse el puesto para la presente temporada.
Sorprende no ver ningún minuto a «Flash» cuando algunos partidos hubiera venido bien refrescar el lateral. Lekue se ha ganado seguir en el equipo, pero los minutos de refresco de Óscar de Marcos tampoco están marcando la diferencia. Otro tanto puede pensar Alex Petxarroman, pero su caso es distinto porque él acaba de llegar y todavía tiene que demostrar que es jugador de primera división.
Fin de contrato
La relación contractual de Capa finaliza el 30 de junio de 2022, cuando acabe esta liga. Después de unas negociaciones fallidas, parece que la dirección deportiva del club no cuenta con el portugalujo. Se sumaría a la posible salida de De Marcos, por lo que Lekue y Petxa quedarían como jugadores específicos en esa demarcación, sin olvidarnos del filial donde Nuñez pide paso. Está claro que la renovación de la plantilla es un objetivo de esta junta directiva, y de paso abaratar el coste de la plantilla.
Más allá de las exigencias económicas de un bando y otro, me sorprende que Capa a sus 29 años no tenga hueco entre los 25. Es verdad que es un jugador que depende mucho de su físico, no es Andoni Iraola para entendernos, pero cuando está al 100% es un jugador que suma mucho desde su posición. A esto, hay que añadir que Alex Petxa sigue siendo una incógnita, un melón por abrir. No le cerraría la puerta tan rápido a Capa. En cuanto a Alvaro Nuñez, también puede tener hueco si consideramos que Lekue o el propio Petxa pueden ocupar distintas posiciones a la de lateral derecho.
Toma de decisiones
En lo que si coincido con el club es con la gestión de los tiempos. Hemos criticado muchas veces que se renovara a jugadores a principio de temporada por hacer 4 partidos buenos, sin esperar a conocer el rendimiento y necesidades del bloque al final de la campaña.
Los jugadores «estratégicos¨», que diría Macua, tienen todos contrato, y el resto, que también son importantes, pueden esperar. No creo que nadie les «robe» al Athletic a jugadores como De Marcos, Balenziaga o incluso Capa, por citar a algunos de los que finalizan contrato. En función de cómo acaben el curso, habría que tomar esa decisión.
Otra variante a tener en cuenta son las elecciones. Si no hay consenso, lo que decida Rafa Alkorta lo puede cambiar el nuevo director deportivo que pudiera llegar de la mano de otro presidente. Hay muchos escenarios posibles, y lo que hay que hacer es ser totalmente transparentes con cada jugador. No olvidemos el «gure estiloa«.