Las sensaciones de los equipos fluctúan como la bolsa. Hay buenos y malos momentos durante la temporada. Lo importante, como siempre, acaban siendo los números. Cuantos goles/bacalaos consigues y cuantos puntos logras sumar al final de temporada. Las matemáticas no engañan.
Con la victoria ante el Levante, el Athletic suma 40 puntos en 27 jornadas de LaLiga disputadas. La media de puntos por partido se sitúa en 1.48. Si multiplicamos este coeficiente por las 11 jornadas que restan nos saldría 16,2 puntos más. O lo que es lo mismo, los leones cerrarían el curso con 56 puntos en números redondos.
La campaña pasada el sexto de la liga necesitó 61 unidades y hace dos temporadas 56, lo mismo que indica la proyección de puntos rojiblanca. Si echamos la vista hacia atrás y realizamos la media de las 20 campañas anteriores, la sexta plaza precisaría de 59 puntos y la quinta de 62. Es decir, a los leones no les daría para alcanzar esa sexta posición.
Están a tiempo
Al margen de la opción de la séptima plaza, que aún no se sabe si dará acceso continental, los rojiblancos están a tiempo de llegar al sexto puesto. Para ello tienen que elevar un poco sus prestaciones. Nada imposible. De aquí al 22 de mayo que concluye el campeonato, el Athletic tiene por delante 11 jornadas, 6 en casa y 5 fuera.
A domicilio tienen que visitar a Betis, Villareal, Cádiz, Granada y Sevilla. Tres rivales que bien podríamos tildar de «europeos» y dos de los que se van a jugar la permanencia en primera. En San Mamés tiene, a priori, rivales asequibles. Los de Marcelino esperan la visita de Getafe, Elche, Celta, Atlético de Madrid, Valencia y Osasuna. Ganar en primera no es sencillo, pero no parece el peor calendario como local para un equipo que se juega volver a sellar el pasaporte continental cinco años después.
Si no fuera por las decepciones que nos hemos llevado los últimos años que con más puntos y opciones, incluso en la última jornada de liga, el equipo no fue capaz de clasificarse me apuntaba al «barco». El problema es que somos tan irregulares que con esos antecedentes es difícil tener la suficiente confianza.
Además se empiezan a ver otra vez a los líderes del equipo (Muniain, I. Williams,…) un poco cargados físicamente.
En definitiva, depende de que el equipo demuestre prestaciones y ambición para creérselo para que la afición vayamos detrás.