Despertar de un sueño a 500 metros ha de ser una sensación tremendamente agridulce. Dulce por haber llegado tan lejos en una de las carreras más prestigiosas del calendario internacional. Agria por sentir que este tipo de trenes no pasan demasiadas veces en una carrera profesional. Es lo que le sucedió al gasteiztarra del Kern Pharma, Ibon Ruiz, engullido por el pelotón a 500 metros de la línea de meta. La victoria fue para el campeón del mundo, Julian Alaphilippe, que tiene un bonito idilio con la ronda vasca.
Esta crónica llega por la deferencia de nuestros amigos de Libros de Ruta y Ciclos Zubero.
La etapa entre Leitza y Viana, la mas larga de la Itzulia con 207 kilómetros, presentaba un pronóstico incierto. Aunque podía resolverse en una llegada masiva, no estaba muy claro quién podría asumir la responsabilidad del control de la carrera. Con tres puertos puntuables pero ninguno de gran entidad, el recorrido no parecía presentar grandes dificultades, pero abría la puerta diferentes escenarios. Todo se inició como de costumbre, con una fuga de esas con la etiqueta de consentidas con representación de los cuatro equipos invitados. El lekittarra Ander Okamika (Burgos-BH), Ibon Ruiz (Kern Pharma), Ibai Azurmendi (Euskaltel Euskadi) y Julen Amezqueta (Caja Rural). Los dos primero fueron quienes más fuertes se mostraron en la lucha por los puntos de la montaña, el que a priori iba a ser su gran objetivo de la jornada.
Un final con emociones fuertes
Por detrás, siguiendo el protocolo del pelotón, mantenía el ritmo el equipo del líder, el Jumbo Visma. Hubo algún movimiento, tras un amago de viento donde Quick Step trató de poner ritmo y recortó buena parte del margen de los fugados. También hubo movimiento en a subida a Aguilar, donde Vansevenant movió la carrera, sin mucho éxito. La distancia de los fugados se redujo hasta el minuto y ahí llegó la parálisis. Lo que parecía el tradicional juego del gato y el ratón, comenzó a complicarse. La distancia volvió a los dos minutos. Pasaban los kilómetros y la distancia no se reducía. A 15 de meta, los fugados empezaron a pensar que a lo mejor ese era su día. Pero como suele pasar, el fantasma de la victoria fue suficiente para sembrar las desavenencias entre los compañero de fuga. A Amezqueta, por ejemplo, le tachaban de racanear. La realidad es más compleja, el navarro, como explicaron después desde su equipo, había salido con fiebre. No es que guardase fuerzas, es que no las tenía.
Unos por otros, se rompió la unión y ese fue el momento en el que se movió, con un ataque no muy duro pero sí muy inteligente el corredor del Kern Pharma. A esas alturas, sus sueño era tan grande que no entraría en una cama King Size, por entonces lideraba la etapa, la montaña y hasta la general virtual. Inició una batalla contra sí mismo y contra un pelotón todavía dubitativo. Había movimientos, como el de Piccoli y Leknessund, pero no continuidad. Pero como si corrieran con un calculadora, el pelotón World Tour acabó con el sueño del escapado ProTeam. De la manera más cruel, a 500 metros del final en Viana.
Cuatro para Alaphilippe
Remco lanzó el sprint a Julian Alaphilippe que se impuso a su compatriota Fabien Doubey y al belga Quinten Hermans, otro talento que viene del barro. El campeón del mundo logró así su cuarta victoria parcial en la ronda vasca y pone algo de color a una primavera algo más gris que lo que nos acostumbran los de Lefevere.
Escucha aquí el final de la etapa:
Mañana desde las 16:00 sigue la etapa entre Laudio y Amurrio, una etapa «pestosa» en la que los capos pueden intentar debilitar a Roglic. Lo contaremos, como cada día, con Zugaitz Ayuso y con un invitado muy especial, Igor Antón.
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