Los instantes finales del pasado sábado en Miribilla, esos en los que todos los presentes sabían que la temporada había acabado para el Surne Bilbao Basket. Un par de minutos en los que mirabas a la pista, al banquillo, al infinito buscando un gesto delator. Un mirada furtiva queriendo dar sentido al lenguaje corporal de jugadores y técnicos.
Las interpretaciones de cada vidente tan diversas como inconsistentes. “Rousselle no sigue”, “Mumbrú no se ha quedado en la pista porque le da pena irse”, “Delgado ya es historia”…y así decenas de comentarios mientras decenas de aficionados esperaban, como siempre, la salida del Bilbao Arena a sus jugadores. Siempre una foto, una sonrisa y, en esta ocasión, la ropa de entrenamiento, zapatillas y hasta toallas.
Toca esperar. Siempre sabes que habrá cambios al final de cada temporada, pero este año es diferente porque todos acaban contrato.
Pero todas las miradas se centraban en él. Álex Mumbrú debutaba el 11 de octubre de 2009 en el Bizkaia Arena del BEC como hombre de negro y 13 años después puede haberse despedido como entrenador del Surne Bilbao Basket. Nadie ha estado tanto tiempo en el club.
563 partidos en Bilbao Basket
Mumbrú ha vestido de MIB 417 partidos entre 2009 y 2018. De ellos, 316 de ACB, 81 de Eurocup y 20 en Euroliga. Subcampeón de liga y Eurocup y cuartofinalista de Euroliga como jugador. A ello hay que sumarle 146 partidos como entrenador entre LEB (34 liga, 7 playoff y 1 de copa), ACB (98 liga, 1 Copa) y 6 de Basketball Champions League.
Álex es el único dueño de su destino. Tiene claro que si se aventura en una nueva temporada en Bilbao necesita una plantilla competitiva para poder soportar ACB y BCL, no quiere verse reflejado en los descendidos Burgos y Andorra.
Su caché ha subido, ley de vida. El de muchos integrantes de la plantilla también. No está nada decidido y los tempos hablan de paciencia. Si no se llena la caja será muy difícil que podamos disfrutar del núcleo de la plantilla y mucho más complicado que el director de la orquesta sea Álex Mumbrú. Toca esperar.
Un comentario en “Mumbrú deshoja la margarita”