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El Surne Bilbao Basket arrancó el año 2024 con una convincente victoria ante el Baxi Manresa en un Bilbao Arena cerca del lleno, 9.312 espectadores. Los de Jaume Ponsarnau se apoyaron en una gran defensa para reencontrarse con el ataque, desde ahí lograron cerrar el grifo anotador a un rival más fallón de lo habitual en el triple, totalmente superado por la mejor versión bilbaína de la temporada.
Thijs de Ridder hizo que todo tuviera sentido, el joven pívot belga firmó un espectacular doble-doble (17 y 13) para hacer daño a los manresanos desde la posición de «cuatro» y estuvo bien secundado por un Adam Smith (18 puntos y 5 asistencias) que se acercó a lo que es espera de él en Bilbao. Pantzar tuvo momentos de éxtasis sobre la pista junto a Hlinason, la rotación se comprimió, pero no así la voracidad de un equipo que se redime de su derrota en Palencia para terminar la primera vuelta liguera a la misma distancia del playoff que del descenso: dos partidos.
Histórico arbitraje
Aunque para el Surne Bilbao Basket y el Baxi Manresa el partido tenía la trascendencia lógica de un partido de liga, los bilbaínos querían recuperar buenas sensaciones y los catalanes sellar su paso a la Copa del Rey, para dos mujeres y para la propia competición el partido quedará marcado para la historia. Por primera vez, dos mujeres formaron parte del equipo arbitral de un mismo partido de Liga Endesa. Con Juan Carlos García González completando el trío de colegiados. Esperanza Mendoza (Cáceres, 1983) se estrenó en la competición en la temporada 2017-18. Poco después, en la 2019-20, fue Yasmina Alcaraz (Castelló d’Empúries, 1989) quién dio el salto a la élite.
Además de las antes mencionadas, otras dos mujeres han llegado a arbitrar en la máxima categoría del baloncesto español. La primera pionera en romper la barrera fue, como no, Pilar Landeira (Madrid, 1959), quién debutó en el año 1992 y estuvo en activo a lo largo de 12 temporadas. En el 2002, Anna Cardús (Barcelona, 1970) cogió el testigo hasta que se retiró en 2017.
Récord de tapones
Volviendo a lo estrictamente deportivo, los 11 tapones de los bilbaínos suponen un nuevo récord para la franquicia y la demostración de que el espacio aéreo de Miribilla fue protegido. 52-39 en rebotes, con mejor porcentajes en todas las modalidades de tiro, cuidando mejor balón y haciendo precipitar a un rival que arrancaría el choque con la clara intención de llevarse la victoria para disputar la Copa. Taylor otorgó a los visitantes su última ventaja (9-10, m.4). La defensa deleitó a Miribilla minimizando a un jugador clave como Robinson, completada en ataque con un parcial de 11-0 puso un 20-10 a menos de dos minutos para acabar el primer cuarto, que obligó a Pedro Martínez a pedir su primer tiempo muerto.
Llegaría entonces el único especio en el partido en el que Manresa fue mejor. Se colocaron con 24-23 tras un triple de Dani Pérez. Nada de dudas. Melwin Pantzar (9 puntos y 5 rebotes en la primera parte) y la protección de Hlinason en la pintura (4 tapones al descanso) volvieron a abrir brecha.
Un contundente 12-0 puso una renta máxima de +15 (41-26) que los de Jaume Ponsarnau manejaron con solvencia durante el resto del partido. Tras el descanso De Ridder apagó cualquier atisbo de reacción de un Manresa ofuscado en ataque que tampoco encontró recursos también en su zona para frenar a los ataques del Surne Bilbao. Manresa espera un tropiezo del Baskonia para jugar la Copa y el Surne Bilbao Basket vuelve a sentirse libre.
Ficha técnica
74.- Surne Bilbao Basket (22+24+19+9): Pantzar (11), Smith (18), Rabaseda (2), Andersson (3), Killeya-Jones (9) -quinteto inicial- De Ridder (17), Hlinason (4), Reyes (-), Renfroe (8) y Kullamae (2).
54.- BAXI Manresa (13+21+12+8): Dani Pérez (5), Badio (5), Sagnia (10), Robinson (2), Steinbergs (10) -quinteto inicial- Taylor (6), Valtonen (-), Geben (10), Williams (4), Dani García (2), Coulibaly (-) y Oriola (-).
Árbitros: Juan Carlos García González, Yasmina Alcaraz y Esperanza Mendoza. Sin eliminados.
Incidencias: Partido de la 17ª jornada de la Liga Endesa, última de la primera vuelta, disputado en el Bilbao Arena ante 9.312 espectadores. Por primera vez en la historia de la ACB dos mujeres formaron parte del equipo arbitral.
