El PNV y el PSE-EE han alcanzado este mismo lunes un preacuerdo programático previo a la conformación del nuevo Gobierno de coalición, que liderará Imanol Pradales, en el que se comprometen a aprobar un nuevo pacto estatutario con el máximo consenso posible en el Parlamento Vasco y en las Cortes, para posteriormente ser ratificado por la ciudadanía de Euskadi. Este texto se basará en el acuerdo de investidura suscrito entre Andoni Ortuzar y Pedro Sánchez en noviembre de 2023, que prevé la posibilidad de hablar y negociar sobre «el reconocimiento nacional de Euskadi» y un «sistema de garantías basado en la bilateralidad y la foralidad».
Tras la celebración de las elecciones europeas, las delegaciones negociadoras de PNV y PSE-EE, que han seguido trabajando con discreción en campaña electoral, han alcanzado un preacuerdo programático para constituir un Gobierno Vasco de coalición sobre las «Bases para el Acuerdo para avanzar en bienestar, progreso, autogobierno y la transformación de una Euskadi global», que se plasma en 11 páginas con cinco ejes de actuación. En ellos destacan «prioridades de país», como la mejora de la sanidad, y la reindustrialización de Euskadi y su adaptación a la transición energética.
Votarán el preacuerdo online
Una vez comunicados este lunes los contenidos del documento a las Ejecutivas de los dos partidos, este será ratificado por Asamblea Nacional de PNV –cuya fecha está por concretar– y se someterá a también a consulta de la militancia del PSE-EE. Las bases socialistas votarán el preacuerdo online entre los próximos días 13 y el 15, y el 17 de forma presencial, según han informado a Europa Press las fuentes consultadas.
El objetivo de ambas formaciones, con la reedición del próximo Gobierno –el tercero consecutivo entre los dos partidos– es, tal como destaca el texto, «crecer en bienestar, lograr la transformación de Euskadi para dar respuestas a los grandes cambios globales y ganar protagonismo y presencia internacional».
Para ello, proponen alcanzar un acuerdo para un nuevo pacto estatutario que permita avanzar en el autogobierno y que «contribuya al progreso de Euskadi». En esta ocasión, no consta que existan «discrepancias pactadas» en torno a esta cuestión, como se habían plasmado en los acuerdos de Gobierno precedentes.
Un doble objetivo
En su preacuerdo programático, jeltzales y socialistas acuerdan afrontar la nueva legislatura con doble objetivo, el cumplimiento íntegro del Estatuto de Gernika y la consecución de las bases para elaborar un nuevo pacto estatutario.
Este nuevo Estatuto, según subraya el texto, debe aprobarse con el máximo consenso en el Parlamento Vasco y en las Cortes Generales, para ser ratificado posteriormente por los vascos, siempre «en el ámbito de su competencia y de la legalidad vigente».
Las bases para elaborar el nuevo pacto estatutario incluirán el acuerdo de investidura alcanzado el 10 de noviembre del año pasado entre PNV y PSOE en materia de autogobierno, y que fue rubricado en un acto público entre Ortuzar y Sánchez. Este documento establece que «el reconocimiento nacional de Euskadi, la salvaguarda de las competencias vascas y un sistema de garantías basado en la bilateralidad y la foralidad serán ámbitos a dialogar y negociar entre ambos partidos».
Deslegitimación de la violencia
En el preacuerdo, PNV y PSE-EE abogan por deslegitimar la violencia y se comprometen a «seguir impulsando una memoria crítica, inclusiva y ética del pasado», unas premisas que incluyen en el cuarto capítulo del texto, dedicado a la ‘Convivencia, memoria y Derechos Humanos’.
Además, se asegura que «la convivencia y el respeto entre todas las personas debe abordarse desde un punto de vista transversal y lo más amplio posible». En este sentido, defiende la deslegitimación de la violencia, el reconocimiento integral de todas las víctimas de vulneraciones de derechos, la construcción de una memoria inclusiva, crítica y ética, y la promoción de los principios y valores éticos y democráticos».
Jeltzales y socialistas comparten, además, los objetivos de «promover la paz, la justicia y el bienestar para todas las personas» así como «erradicar la aceptación social de la violencia como medio para resolver conflictos o imponer ideas».
La prioridad de Osakidetza
El PNV y PSE-EE plasman en el texto su compromiso con una sanidad «de máxima calidad» y el objetivo de convertir a Osakidetza en «una referencia europea». De esta forma, dan respuesta a una de la mayores preocupaciones de la sociedad vasca, expresada en los sucesivos sondeos sobre la situación en Euskadi.
El «deterioro» del servicio vasco de Salud ha sido una de las ‘armas’ que la oposición ha utilizado contra el Gobierno Vasco y, en concreto contra los responsables de Salud, y centró buena parte de los discursos de todas las formaciones políticas durante la anterior campaña electoral.
En este preacuerdo, jeltzales y socialistas destacan, como «prioridad de país», garantizar una sanidad «pública, universal, dimensionada y de máxima calidad en Euskadi, convirtiendo el sistema de salud público vasco en una referencia europea».
Los dos futuros socios de Gobierno inciden en sus objetivos en materia social, entre los que establecen el impulso a «un nuevo modelo de cuidados», el empuje iniciativas «para mejorar el acceso a la vivienda, especialmente entre la juventud», el establecimiento de la escuela pública como referente, favorecer el incremento del uso del euskera «en todos los ámbitos de la vida», el análisis de medidas de conciliación «que permitan a las personas desarrollar plenamente su vida personal, familiar y laboral» o el aumento de las tasas de emancipación de los jóvenes.
Reindustrialización
Otra de sus apuestas es reindustrializar Euskadi aprovechando las oportunidades que ofrece la nueva economía, impulsar un modelo de crecimiento económico que genere riqueza equitativa y empleos de calidad, «esto es, empleos con buenas condiciones laborales que favorezcan una adecuada conciliación personal y familiar, una formación continua, desarrollo profesional y buenos salarios».
También se comprometen a impulsar los procesos de adecuación a una economía descarbonizada, avanzando en tecnología, innovación, internacionalización, sostenibilidad y renovación de las infraestructuras industriales, además de proteger al primer sector como «elemento clave y diferenciador» de la economía vasca y factor de equilibrio territorial.
PNV y PSE-EE se refieren, además, a la transformación energética y sostenibilidad, y coinciden en la necesidad de «hacer frente de manera contundente e inmediata» al calentamiento global, «una realidad constatable que cada vez afecta con más intensidad».
Tras asegurar que los efectos del calentamiento global «comienzan a producir consecuencias negativas en el tejido social y económico vasco», indican que el sector productivo requiere de «una transición ordenada y coordinada que, sin renunciar a los objetivos fijados, evite poner en riesgo su futuro».
Por ello, se comprometen a «preservar el medio ambiente y convertir Euskadi en agente fundamental en la lucha contra el cambio climático», liderar los procesos de transición energética y lucha contra el cambio climático, «desarrollar toda la potencialidad de la Ley Transición Energética y Cambio Climático», aprobada en la anterior legislatura, y «mejorar los principales indicadores ambientales, tanto en lo relativo a la calidad del agua como del suelo y del aire».