El 20 de febrero se conmemora el Día Mundial de la Justicia Social. Ana Sofi Telletxea, Responsable de Análisis y Desarrollo y miembro del Equipo de Derechos Humanos de Caritas Bizkaia, recuerda que el Consejo General de las Naciones Unidas lo estableció en 2007 con el objetivo de que todas las personas tengan igualdad de oportunidades. Ana Sofi Telletxea: «Hay que seguir trabajando en valores de justicia social, derechos humanos y convivencia».
Estado de bienestar
Ana Sofi comenta que «más que una realidad es una aspiración humana, como un concepto de organización del Estado también vinculada al Estado de Bienestar. Entender la justicia social como un valor. Supone cómo nos organizamos socialmente. Tiene que ver con derechos sociales, con políticas sociales, cómo nos organizamos como sociedades para que todas las personas iguales en dignidad aunque diversas tengamos las mismas oportunidades para alcanzar una vida digna. Está vinculado también con la gestión o la lucha de las desigualdades sociales».
«La justicia social está como están los derechos humanos. En algunos sitios más avanzados que en otros. Yo creo que vamos avanzando en el marco teórico, en los valores, en las utopías, en los días mundiales, en cierta sensibilización. Pero mirando el mundo las desigualdades entre los países y luego ya dentro de cada país son tremendas. Se debe avanzar aunque actualmente hay ciertos movimientos globales que ponen un poco en quiebra o en riesgo esta utopía y su valor».
La persona en el centro
Ana Sofi señala que «Euskadi tiene claro el compromiso por construir el estado de bienestar, por avanzar en justicia social con la persona en el centro. Hay apuestas importantes, algunas muy asentadas y algunas muy asentadas que empiezan un poco a resquebrajarse. Pongo el ejemplo de la salud. Tenemos un sistema sanitario muy universalista, muy garantista pero parece que desde la pandemia se abre cierta preocupación de la ciudadanía sobre si el sistema está evolucionando a la altura de las necesidades o las aspiraciones de la población. El sistema de salud vasco ha sido como un estandarte».
«En el sistema educativo se está avanzando ya que los niños y niñas están escolarizados. Sobre las rentas mínimas estamos avanzando pero los modelos no son universalistas, no todo el mundo accede a la Renta Básica. Hay en torno a un tercio de población en pobreza que no accede a la prestación. Vemos que hay elementos que aunque en la cultura del país están asentados como valores llevarlos a la práctica es más difícil, como el empleo y la vivienda. La justicia social es tener políticas sociales. El SMI y la RGI, por ejemplo, van en esa dirección para favorecer la inclusión de la población más vulnerable, en desventaja social. Mejoran las condiciones pero siguen siendo insuficientes. Hay que ajustar su aplicación y conjugarlas con otras medidas para favorecer las condiciones laborales, los salarios y la estabilidad laboral. La justicia social tiene que ver con la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres».
Políticas públicas
Ana Sofi explica que «si los derechos son universales y son de ciudadanía compete al Estado, a los Estados, a las administraciones públicas, que gestionan lo común, gestionar también esta cuestión de la justicia social y de las políticas sociales. Articular las prestaciones, servicios, legislaciones, programas que impulsen avanzar en justicia social en una sociedad compete a la administración pública. Luego cada ser humano, cada ciudadano y ciudadana tiene que ser respetuoso respecto a los derechos de las demás personas y también responsable y activista sobre los propios. La responsabilidad es desde la responsabilidad de ser ciudadano y ciudadana, ser conscientes de que somos sujetos de derechos».
«Las entidades sociales somos colaboradoras llegando con prestaciones y servicios en el caso de Cáritas donde todavía esa justicia social no está llegando, los que quedan fuera de esas de esas leyes. Otras veces colaborando con la administración en la presentación de servicios. Pero sobre todo tenemos que recuperar el espacio de la sensibilización, del diálogo, del contacto con la ciudadanía, de construir espacios de convivencia, de generar cultura de cohesión, de justicia social Se está haciendo en esos momentos pero el asunto es hasta dónde llega y cuál es el impacto que tiene sobre todo en un modelo social últimamente muy tecnocrático y muy tecnológico. Existe el riesgo real de que el último vagón del tren se está desenganchando».
Rostros y las consecuencias de la injusticia social
Ana Sofi declara que «hay un eje de desigualdad que tiene que ver con el género, hay un eje de desigualdad que tiene que ver con el origen y la situación administrativa. También hay un eje de desigualdad, aunque se va cerrando, que que tiene que ver con la diversidad funcional, las discapacidades. Y un eje que tiene que ver con la clase, según en qué lugar has nacido».
«En Cáritas nos movemos en esos márgenes de la justicia social en donde la utopía se queda cortita en la realidad, acompañando en procesos a personas que sufren la desigualdad de oportunidades, que sufren desigualdad. La labor de Cáritas no es solo asistiendo, no solo dando respuesta sino también reivindicando los derechos humanos. Un llamamiento a seguir trabajando en valores de justicia social y de derechos humanos y de convivencia», concluye Ana Sofi Telletxea.
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