

En los últimos años, el término «TOC» ha invadido el lenguaje cotidiano. Muchas personas lo usan para referirse a manías o pequeños gustos por el orden y la limpieza. Sin embargo, lo que muchas veces no se sabe es que el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) es mucho más que una simple preferencia por la simetría o la organización. Este trastorno de ansiedad se caracteriza por obsesiones —pensamientos, imágenes o impulsos repetitivos y angustiosos— y compulsiones, que son conductas o pensamientos que la persona realiza para aliviar la ansiedad generada por esas obsesiones. A pesar de ser consciente de que sus acciones no tienen sentido, la persona siente una necesidad incontrolable de llevarlas a cabo.
La confusión entre el TOC y las manías comunes puede contribuir a la falta de comprensión sobre el trastorno. Tal como explica Iratxe López en su reflexión, el TOC se vuelve incapacitante cuando interfiere con la vida diaria y genera un sufrimiento intenso. Es fundamental hacer una distinción clara entre aquellas conductas que se realizan por gusto o costumbre y aquellas que son producto de un trastorno que afecta profundamente el bienestar de quien lo padece. Hablar correctamente del TOC es vital para visibilizar este trastorno y ofrecer el respeto y el apoyo que quienes lo sufren realmente necesitan.