Iñaki Larrea Mugika: Vocación, compromiso y esperanza en la misión javeriana

26 años de misión en Colombia

Podcast Social y religión

Iñaki Larrea Mugika: Vocación, compromiso y esperanza en la misión javeriana

De dcha. a izqda., Manuel Heredía. Delegado de Misiones Diocesanas de Bilbao, e Iñaki Larrea, misionero en Colombia / Radio Popular - Herri Irratia
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El nombre de Iñaki Larrea Mugika resuena como ejemplo de dedicación y cercanía en la labor misionera javeriana. Nacido en San Miguel de Basauri y ordenado sacerdote el 14 de mayo de 1983 en Gernika, su trayectoria ha estado marcada por la entrega a los más necesitados y el acompañamiento activo a comunidades vulnerables tanto en España como en Colombia. Iñaki Larrea Mugika: Vocación, compromiso y esperanza en la misión javeriana.

Primeros pasos y formación

Manuel Heredia, Delegado de Misiones, repasa los primeros pasos y formación, la misión en Colombia: acción y transformación y la atención pastoral y comunidad: el “Monte Fraterno”.

Tras completar sus estudios en Madrid, Iñaki experimentó la vida misionera con un año en Agua Blanca, Colombia, antes de su ordenación. Aquella experiencia, en 1980, sembró en él una sensibilidad especial hacia las realidades sociales y humanas más desfavorecidas. Al regresar, y ya como sacerdote, dedicó diez años a la animación misionera en la diócesis de Bilbao, “pateando las parroquias” y estableciendo lazos con el pueblo.

La misión en Colombia: acción y transformación

En 1993, tras la solicitud del obispo de Cali, Colombia, fue destinado a esta ciudad para liderar una parroquia en una zona de gran pobreza, con cerca de 70.000 habitantes. Su trabajo se enfocó en la formación humana y social, la educación sanitaria y el apoyo a personas desplazadas por el conflicto interno armado que vivía Colombia. Con el apoyo del Ayuntamiento de Basauri, lograron dotar de ordenadores un colegio local, abriendo así oportunidades para los jóvenes en medio de numerosas adversidades.

Iñaki vivió siete años en Cali antes de regresar a España, donde siguió aportando durante seis años a la animación misionera en Murcia y Pamplona, 4 años y 2 años respectivamente. Sin embargo, la realidad de Colombia lo llamaba nuevamente, y tras volver, centró sus esfuerzos en rescatar a jóvenes del riesgo de caer en el círculo de la violencia y las bandas del narcotráfico.

Durante ocho años más en Cali y otros ocho en Bogotá, ejerció como vicario en parroquias situadas en contextos de alta vulnerabilidad. Colombia, marcada por profundas brechas sociales (donde los estratos 0-1-2 representan la clase baja, los 3-4 la clase media y los estratos 5-6 la clase alta), ha avanzado en infraestructuras modernas y se impulsa la educación, incrementando la presencia en las universidades de personas que antes no tenían esa opción; no obstante, la injusticia en la distribución de la riqueza sigue estando muy presente.

Atención pastoral y comunidad: el “Monte Fraterno”

En Bogotá, Iñaki impulsa iniciativas como la del “Monte Fraterno” en Ciudad Bolívar, asentamiento marginal donde se ofrecen servicios de acogida y alimentación. Este espacio se ha convertido en refugio para quienes buscan seguridad, compañía y escucha en medio de la precariedad.

Desde la perspectiva eclesial, las parroquias son lugares vivos y el compromiso de la juventud, especialmente en las zonas rurales, refuerzan la esperanza de una fe activa y comprometida, llegando a tener cinco eucaristías en las parroquias cada domingo.

Como dice en el siguiente artículo, Iñaki nos invita a que arriesguemos nuestras vidas, por aquello que tiene valor, pues dándonos a los demás se encuentra la verdadera felicidad: https://mexico.xaverianos.org/articulos/370-la-verdadera-felicidad

Testimonio misionero de Iñaki Larrea Mugika

De dcha. a izqda., Manuel Heredía. Delegado de Misiones Diocesanas de Bilbao, e Iñaki Larrea, misionero en Colombia

Iñaki Larrea Mugika recuerda que «siempre mi vida ha estado unida a la parroquia, ya que mi ama y mi aita formaban parte de los grupos de la parroquia, hacíamos actividades de tiempo libre, salidas sobre todo a las montañas y a los pueblos que componen el país vasco, y unido a esto no faltaba la formación cristiana, celebraciones, convivencias, etcétera».

«Cuando tenía catorce años, pasó por mi pueblo un misionero xaveriano, que nos contó su experiencia vocacional, y a mí me impactó, nos invitó a una convivencia misionera, en el seminario que los Misioneros Xaverianos tenían en Gernika y comencé con ellos el camino de formación, primero acabando la preparatoria, y a continuación pasando por las diferentes etapas de la formación: teología, noviciado, experiencia pastoral en Colombia, últimos años de teología y la ordenación sacerdotal que fue el 14 de mayo del 1983. Pero en este proceso lo que creo que me ayudó a descubrir mi vocación misionera fue la fe y el compromiso de mis padres, la comunidad parroquial y sobre todo el testimonio de los sacerdotes de mi pueblo y el encontrarme con una comunidad misionera que quiere abrazar al mundo y realizar el sueño de san Guido María Conforti de construir un mundo de hermanos».

Colombia

Iñaki comenta que «trabajo en Colombia, desde hace quince años, en dos etapas: desde 1983 al 2000. Y luego regresé a España a trabajar en la animación misionera, y desde el 2007 hasta la actualidad. Por qué elegí Colombia, porque siempre me había llamado la atención la situación de América Latina, su compromiso con los pobres, una Iglesia cercana a la realidad que vive el pueblo, eran años de testimonio de mártires, como monseñor Romero, Por otra parte al contarnos los misioneros la realidad de Colombia, y al hacer la experiencia misionera en Colombia antes de la ordenación me dejé cautivar por este maravilloso país y su gente».

Evangelización

Iñaki señala que «actualmente, desde hace seis años soy el párroco de la parroquia de San Francisco Xavier, que junto con otros tres compañeros llevamos adelante la parroquia en las diferentes áreas de evangelización: catequesis, celebraciones, Caritas, enfermos, lectores, ministros de acogida, canto, grupo de monaguillos, fraternidad de san Guido María Conforti, etcétera. También soy capellán del colegio San Francisco Xavier donde acompaño espiritualmente a los niños y celebro la Eucaristía».

Situación

Iñaki explica que «estamos desarrollando nuestra misión en un sector de Cali, que se llama el distrito de Aguablanca. Los problemas con los que nos encontramos diariamente, son precisamente la situación de violencia, que afecta a todos los sectores y edades, Desde un punto de vista religioso, el sincretismo que existe en muchas personas. Acuden a brujos, espiritistas, sectas y van perdiendo la dimensión de la fe en Jesucristo y su pertenencia a la comunidad».

«Lo que más me ha llamado la atención de las personas con las que convivo es el sentido de la alegría, la dimensión de luchar para conseguir aquello que quieren, la búsqueda de Dios, y su capacidad de hospitalidad al que viene de otro lugar».

Alguna experiencia significativa

Iñaki subraya «que cada día es una experiencia de vida y de fe que voy descubriendo y me va marcando en la vida. Dos hechos me han marcado en estos años, el acompañamiento a dos hermanas gemelas una de las cuales tenía leucemia, necesitaba un trasplante de médula, la hermana se la donó y se salvó y la fe de la mamá. El otro hecho fue acompañar a un joven asesinado a causa de la violencia y la marcha que realizamos a un mes de su asesinato en el lugar donde lo mataron, acompañados por sus padres y por las víctimas de la violencia. Son experiencias duras pero llenas de esperanza».

«Pienso que tener los votos religiosos son el compromiso que uno tiene con Dios y con su comunidad. Son una manera de vivir esa relación entre Dios y la comunidad como un estilo de vida lo más parecido a Jesús en la vida religiosa, puede hacer más visible el por qué estamos aquí».

«A los jóvenes les mando el mensaje de que arriesguen su vida por aquello que tiene valor, dándose a los demás se encuentra la verdadera felicidad. ¿De qué te sirve ganar el mundo entero si pierdes la vida? Más que un mensaje mío personal, es una experiencia, mi ama me decía, «antes que tú eras misionero, yo he sido misionera antes que tú, porque te di a conocer a Jesús. Este es el mensaje que les dejo, que entre todos formemos esta Iglesia, este mundo fraterno abierto al mundo entero», concluye Iñaki.

Celebración

Manuel añade que «el día 30 de noviembre va a tener lugar la Eucaristía que viene celebrando una vez al mes la comunidad latinoamericana en nuestra diócesis en la parroquia de Santa María Josefa en Miribilla, Bilbao».

«Iñaki va a acompañarnos en esa celebración y tendrá un momento importante para dirigirse a todos esos hermanos de América Latina y hermanas que han llegado a nosotros y que no son solo sujetos de necesidades, como muchas veces los vemos cuando llegan a las acogidas de Cáritas, los diferentes proyectos, sino que son sujetos vivos en nuestras comunidades. Este reto lo tenemos por delante», concluye Manuel.


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