Aki-DYA 33 Hoy nos acompaña Josu Moneo. Muchas experiencias en los más de 30 años en la DYA.

La DYA es referente con más de 2.500 servicios preventivos al año, trabajando siempre para proteger a los que disfrutan de su tiempo libre.

Podcast Bizkaia

UNA GRAN FAMILIA LLAMADA DYA

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En este episodio del podcast hablamos con Josu Moneo, veterano voluntario de la DYA, que nos comparte sus experiencias durante más de 30 años de servicio: desde la Pasión Viviente de Balmaseda hasta las inundaciones del 83 y el accidente de Monte Oiz por ejemplo.

Una historia de entrega, emociones y aprendizaje.

En este nuevo episodio de AkiDYA nos acompaña Josu Moneo, uno de los voluntarios más veteranos de la DYA, con una trayectoria de más de 30 años. En una conversación llena de anécdotas y emoción, repasamos momentos clave de su labor voluntaria al servicio de la comunidad.

Josu Moneo empezó su camino en la DYA en 1978, cuando la asistencia era más rudimentaria y basada en la voluntad y el ingenio. Desde aquellos días en los que “éramos socorristas con un peto y poco más” como dice Josu, hasta ver la transformación actual de la DYA con nuevas dotaciones, protocolos y formación profesionalizada.

Balmaseda y la Pasión Viviente: un dispositivo emblemático

Uno de los eventos más emblemáticos que ha cubierto es la Pasión Viviente de Balmaseda, donde durante años coordinó preventivos con varias ambulancias, camiones de enfermería y decenas de voluntarios. En este tipo de actos multitudinarios, las atenciones son constantes: desmayos, lesiones leves, y un papel clave en garantizar la seguridad de asistentes y participantes.

Las inundaciones del 83: una vivencia que marcó una generación

Josu rememora con intensidad su participación en las inundaciones de Bilbao en 1983, uno de los desastres más graves que vivió la ciudad. Desde rescatar coches en la ribera hasta atender a embarazadas aisladas por el agua, pasando tres días seguidos sin regresar a casa: “Ese tipo de cosas no se olvidan”.

 El accidente de Monte Oiz y otros momentos difíciles

También fue parte del operativo de emergencia en el accidente aéreo del monte Oiz, subiendo con un tractor hasta la zona del siniestro y viviendo escenas impactantes. Estas experiencias le dejaron huella, aunque también destaca la importancia de mantener el equilibrio emocional: “Hay que saber no llevarse los problemas a casa”.

La vocación del voluntariado: entre la empatía y la fortaleza

Josu habla sobre lo que significa realmente ser voluntario: aguantar carros y carretas, mantener la calma incluso cuando no se recibe el mejor trato, y seguir adelante con empatía y profesionalidad. “No todo el mundo vale para esto, hay que estar hecho de una pasta especial”.

Una gran familia llamada DYA

Aunque hoy en día está retirado del voluntariado activo, sigue vinculado a la familia DYA, orgulloso de haber formado parte de su evolución.

“Lo importante es que dentro de 30 años sigamos contando historias… ojalá sin emergencias”.

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