La victoria ante el Atlético de Madrid mete de lleno a los leones en la pelea europea. La derrota del Villareal en Mendizorroza permite a los rojiblancos situarse a un punto del submarino amarillo a falta de 4 jornadas. Las cuentas pueden salir si el Athletic es capaz de acercarse al pleno de puntos que solicitaba Dani García en sala de prensa. Ganar a los colchoneros es un paso, pero no definitivo.
Valencia, Granada, Osasuna y Sevilla van a decidir el futuro europeo del equipo bilbaíno. No es un calendario sencillo, pero no lo cambio por los rivales de los de Unai Emery: Sevilla, Real Sociedad, Rayo y Barca. Sobre el papel más complicado. Luego concurren circunstancias especiales a final de temporada. Equipos, de los teóricos grandes. que ya no se juegan nada y escuadras, a priori, más débiles, que sacan su mejor versión ante la posibilidad de perder la categoría. Un clásico en los finales de liga.
La intensidad no se negocia
Hay una realidad palmaria. Jugando al 100% el Athletic es capaz de ganar a cualquiera, como ha demostrado sobradamente, y sin esa intensidad son capaces de caer ante cualquier rival como, por desgracia, también ha confirmado en varias ocasiones. El Athletic lidera casi siempre el ranking de más kilómetros y a más alta intensidad. Con Marcelino, Garitano y muchos otros entrenadores que sabían que esa era la clave. No es nada nuevo.
No quiero dármelas de adivino, pero estaba convencido de la victoria del pasado sábado. Contra el equipo de Simeone sobra motivación. Es uno de los partidos marcados en rojo en el calendario. Me preocupa más la salida a Granada o la visita de Osasuna. El duelo contra el Valencia no lo meto en el saco porque supongo que los leones tendrán ganas de revancha tras caer en la semifinal de copa ante los de Bordalás.
El relato de Marcelino
El entrenador del Athletic lleva ya bastante tiempo construyendo un discurso que ponga en valor su trabajo. Lógico. Lo hacen todos los entrenadores del mundo. Ni todo es tan bonito como traslada delante del micrófono ni es un desastre como señalan sus detractores a la mínima ocasión. En líneas generales el trabajo del de Careñes es bueno y existe bastante consenso en ello, aunque la eliminación copera dejó pelos en la gatera. Sin embargo, la coyuntura electoral hace que sea muy difícil su continuidad a tenor de lo visto. Barkala ya ha dejado caer que no está entre sus prioridades. Veremos que planes tiene Aretxabaleta que, de momento, sigue jugando con los tiempos. Siga o no, el mejor legado sería dejar al equipo en competición europea.