El presidente de la República Federal de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, ha escenificado este viernes un emotivo acto de desagravio a las víctimas del bombardeo de Gernika en el templete del cementerio de la localidad vizcaína, donde dos funcionarios de la embajada alemana en España han colocado una corona de flores y se ha guardado un minuto de silencio.
Con Steinmeier en pie ante un mausoleo dedicado a las víctimas del bombardeo, arropado por el Rey Felipe VI y, por detrás, el resto de representantes institucionales, encabezados por el Lehendakari, Imanol Pradales, el jefe de Estado alemán ha cerrado el círculo de la petición de perdón de Alemania al pueblo de Gernika, que plasmó por carta en 1997 el que entonces fuera presidente alemán, Roman Herzog.
Autoría de la Legión Cóndor
En la misiva, reconoció la autoría de la Legión Cóndor alemana en el bombardeo que hace 88 años asoló el municipio vizcaíno durante la Guerra Civil, en apoyo a las tropas franquistas sublevadas contra el Gobierno de la Segunda República.
Tras aterrizar esta mañana el avión en el que viajaba Frank-Walter Steinmeier en Foronda y ser recibido por Pradales en el Palacio de Ajuria Enea, en Vitoria-Gasteiz, ambos se han dirigido al cementerio de Zallo de Gernika, donde se encontraba Felipe VI. Tras ser saludado por el Lehendakari, el Rey ha recibido al presidente de la República Federal Alemana, Frank-Walter Steinmeier, y a la primera dama, Elke Bünder.
Posteriormente, ha sido saludado por la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria; la delegada del Gobierno en el País Vasco, Marisol Garmendia; la diputada general de Bizkaia, Elixabete Etxanobe; el alcalde de Gernika, José María Gorroño; la presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia, Ana Otadui, el secretario de Estado para la UE, Fernando Sampedro, y el alcalde de Pforzheim (ciudad hermanada con Gernika), Peter Boch; junto a las supervivientes del bombardeo Crucita Etxabe y Mari Carmen Aguirre.
Música
En el acto, la Sociedad Coral y la Banda de Txistularis de Bilbao han interpretado la pieza musical «Gernika», de Pablo Sorozabal, y se han escuchado cinco repiques de la campana situada junto al templete mausoleo de las víctimas del bombardeo. Esta campana estaba en la Iglesia de San Juan de Ibarra, destruida por las bombas, y el encargado hacerla tañer hoy ha sido el empleado del Ayuntamiento de Gernika Fernando Malasetxeberria.
Tras los repiques, dos funcionarios de la Embajada de la República Federal de Alemania en España han depositado una corona de flores con la bandera alemana, en nombre del presidente alemán, en la escalinata del templete.
Corona de flores
En ese momento, el presidente de la República Federal de Alemania se ha acercado hasta la corona de flores, como gesto en memoria de las víctimas del Bombardeo de Gernika, y se ha guardado un minuto de silencio, con Frank-Walter Steinmeier, en pie frente al templete. Un nuevo toque de campaña ha puesto fin al acto conmemorativo.
Entre los asistentes al homenaje, se encontraban también representantes de los partidos políticos vascos, excepto de EH Bildu, que ha rehusado acudir. Entre otros, se hallaban el presidente del EBB del PNV, Aitor Esteban, junto con el portavoz jeltzale en el Parlamento Vasco, Joseba Díez Antxustegi; el secretario general del PSE-EE, Eneko Andueza, acompañado por Ekain Rico; el presidente del PP, Javier de Andrés, con Laura Garrido; la coordinadora general de Sumar, Alba García, y el parlamentario de la formación, Jon Hernández.
Numerosos representantes institucionales, encabezadas por el Lehendakari, se han sumado al tributo a las víctimas del bombardeo. No han faltado al acto la consejera de Justicia y Derechos Humanos, María Jesús San José, y el director de Gogora-Instituto Vasco de Memoria, Alberto Alonso.
EL MAUSOLEO
El actual cementerio de Gernika-Lumo, construido en 1891, forma parte del patrimonio memorial de la villa, especialmente vinculado a los hechos del bombardeo de Gernika del 26 de abril de 1937. Al fondo de la explanada de la entrada al cementerio, se erige un mausoleo o templete dedicado a las víctimas del bombardeo de Gernika, a quienes quiere honrar y dignificar.
Fue inaugurado en 1995 con motivo del 58º aniversario del bombardeo. Su construcción se realizó como acto de reparación y de dignificación para todas las víctimas. De esta forma, se ha convertido en el lugar de recuerdo habitual de aquella masacre. En la base del frontón, figura la leyenda «1937, apirilak 26» (26 de abril de 1937). La cripta contiene un sarcófago con los restos de las víctimas del bombardeo y la Guerra Civil.
El espacio memorial creado en torno a este mausoleo se vio reforzado con la recuperación e instalación de dos destacados complementos: una losa con el emblema de ‘Euzko Gudarostea’, creada por Chillida en los años 80 en recuerdo de los refugiados guipuzcoanos que murieron durante la guerra en la localidad; y la instalación de la campana de la iglesia de San Juan, destruida en el bombardeo, cuyo tañido ha sido incorporado al ritual conmemorativo de cada 26 de abril.
Las campanas de la Iglesia de San Juan
El ataque sobre Gernika se sucedió un lunes por la tarde, día de mercado. Las campanas de la iglesia de San Juan en la plaza homónima empezaron a sonar para alertar a sus habitantes. La iglesia quedó bombardeada por completo, pero la campana se ha conservado para dar testimonio del terror vivido.
Este elemento forma parte del homenaje a las víctimas del bombardeo que anualmente se conmemora en este espacio y consiste en una ofrenda floral que se celebra en presencia de autoridades, vecinos y vecinas y personas visitantes.
En ese mismo muro, se instaló en el año 2008 una placa metálica en la que aparecen recogidos los nombres de los más de 250 prisioneros republicanos fallecidos entre 1938 y 1940 en el Hospital Militar Penitenciario de prisioneros de Guerra de Gernika.
Monolito
En junio de 2017, la Diputación Foral de Gipuzkoa impulsó la instalación de un monolito de acero que recuerda a los 82 gudaris, 72 de ellos guipuzcoanos muertos en combate y enterrados en una fosa común del cementerio.
El camposanto, el templete, las placas mortuorias y la campana eclesiástica configuran una fusión recordatoria extraordinaria, que se completa cada año, cuando en el acto conmemorativo del bombardeo, todo el espacio de memoria se activa ritualmente al tañer rítmico de la campana.