Hablamos con Julieta Rueff, fundadora de FlamAid

Se trata de un dispositivo de auxilio personal sonoro y geolocalizado

Podcast Sociedad

De víctima a emprendedora: la granada que protege a las mujeres con un simple tirón de anilla

La granada anti ataques se presenta en varios colores / FlamAid

En la víspera del 25N, Julieta Rueff  nos ha contado cómo ha convertido el miedo en una herramienta de autoprotección. Esta joven emprendedora ha diseñado una granada antiagresores. Se trata de un dispositivo sonoro y geolocalizado pensado para que las mujeres puedan pedir ayuda de forma inmediata ante una situación de peligro. Su proyecto, bautizado como FlamAid, ya se ha extendido a varios países y ha vendido miles de unidades en apenas un año.

Del miedo a la creación de una granada antiagresores

Julieta Rueff ha relatado que, cuando estudiaba en la universidad, un chico aprendió sus rutinas y la siguió hasta casa en varias ocasiones. Esa experiencia de acoso ha sido el detonante para buscar una solución de autoprotección que no requiera fuerza física ni entrenamiento previo. «Me he dado cuenta que muchas mujeres hemos pasado por historias parecidas y no hemos tenido herramientas para sentirnos seguras», ha explicado.

La joven ha reconocido que, como muchas otras mujeres, ya ha probado los sprays de defensa personal. Sin embargo, ha subrayado que estos dispositivos pueden volverse en contra de la víctima si el agresor tiene más fuerza o consigue arrebatárselos. A partir de esa reflexión ha empezado a investigar sistemas que no puedan utilizarse contra la propia usuaria.

Una alarma de mano con sonido, geolocalización y pruebas para denunciar

Inspirándose en las alarmas domésticas, Julieta ha decidido trasladar ese modelo de protección a la calle. La clave está en el formato: una granada de mano que conserva la anilla clásica como sistema de activación. «La granada es el arma de activación más fácil del mundo, solo hay que tirar de la anilla», ha señalado.

El dispositivo, que funciona como un llavero, se lleva colgado fuera del bolso para poder acceder a él con rapidez. En una situación de peligro, basta con tirar de la anilla para que comience a sonar una alarma de 110 decibelios, equivalente al ruido de varias calles metropolitanas. El objetivo es avisar al entorno y disuadir al agresor.

Al mismo tiempo, la granada envía la geolocalización en tiempo real a los contactos de emergencia configurados por la usuaria. A través de la aplicación gratuita FlamAid, disponible en App Store y Android, se pueden añadir teléfonos de familiares, amistades o personas de confianza. La activación también muestra en el móvil el número 112 para facilitar la llamada inmediata a los servicios de emergencia.

Otro elemento clave es la generación de pruebas. Cuando se tira de la anilla, el teléfono comienza a grabar sonido e imagen. Esas grabaciones se guardan para que la víctima pueda aportar evidencias en una posible denuncia, algo que muchas mujeres no han tenido a su alcance en situaciones de acoso similares a la que ha vivido Julieta.

Homologada, legal y pensada para disuadir a los agresores

Rueff ha destacado que las alarmas de FlamAid han pasado los procesos de homologación necesarios en la Unión Europea. «Nuestra granada suena a 110 decibelios porque es el límite legal», ha apuntado, subrayando que el dispositivo cumple la normativa vigente y se puede usar sin necesidad de permisos especiales.

Además del sonido y la geolocalización, la propia forma del producto busca ser disuasoria. Cada vez más personas reconocen visualmente la granada antiagresores. Y la intención del equipo es que la sola visión del llavero sirva como aviso para potenciales agresores. La aplicación, por su parte, va registrando los puntos donde se han producido activaciones.

Con esos datos, FlamAid elabora un mapa de calles rojas, amarillas y verdes según la frecuencia de incidentes. La herramienta permite así recomendar las rutas más seguras para volver a casa, integrando tecnología de geolocalización y análisis de datos con la experiencia directa de las usuarias.

Más de 8.000 granadas vendidas y presencia en diez países

Julieta Rueff ha dejado la universidad para dedicarse por completo a su proyecto. «Mi propósito es que ninguna mujer vuelva a sentir el miedo que yo he sentido», ha resumido al explicar su decisión. En apenas un año, FlamAid ha vendido más de 8.000 granadas y ha superado los 10.000 clientes en más de diez países.

En algunos casos, las usuarias ya han activado el dispositivo ante situaciones sospechosas o de acoso, y el equipo ha podido comprobar cómo el sonido y la geolocalización han ayudado a proteger a las víctimas. En la actualidad, la granada antiagresores y toda la información sobre el proyecto se pueden encontrar en la web oficial, FlamAid.com así como en las cuentas de la marca en redes sociales como Instagram, TikTok y LinkedIn.


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