Objetivo cumplido

El Surne Bilbao Basket supera al Anwil Wloclawek (76-71) y se clasifica "virtualmente" a la segunda fase de la FIBA Eurocup
Objetivo cumplido
Los MIB sufrieron más de lo previsto / Aitor Arrizabalaga - Surne Bilbao Basket
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El Surne Bilbao Basket continúa con su inmaculado caminar por la FIBA Eurocup. Los hombres de negro vencieron en el Bilbao Arena al actual campeón de la competición, Anwil Wloclawek, en un ajustado partido (76-71) en el que aparecieron dudas en el tramo final del partido tras una meritoria primera mitad.

Cuatro victorias en cuatro partidos y virtualmente clasificados para la segunda fase. Tan solo una carambola de resultados impide asegurar que los MIB ya han logrado su principal objetivo en la FIBA Eurocup: superar la primera fase. De hecho, el primer puesto sólo se puede perder en el caso de caer en Escocia por más de 49 puntos y que los escoceses también ganen al Anwil la semana que viene, todo ello sumado a no ser uno de los 6 mejores segundos clasificados. El segundo puesto del grupo está garantizado.

No fue una victoria brillante, pero sí un triunfo vital que debe servir para dar confianza a un equipo que está cumpliendo los objetivos al tiempo en el que han aflorado dudas. Las derrotas en ACB, sobre todo la de Zaragoza, han hecho daño a una plantilla ansiosa de triunfos. Los MIB quieren ganar, pero con las primeras dificultades han dejado de hacer lo que llevó a disfrutar sobre la pista. Con la bajada de porcentajes, las soluciones individuales han tomado un erróneo protagonismo.

El claro ejemplo de la bipolaridad ha sido el partido ante Anwil Wloclawek. Tras un primer cuarto de toma de contacto, el Surne Bilbao Basket se apoyó en la versatilidad interior de Killeya-Jones (22 puntos) y la defensa en primera línea de Rabaseda (8 recuperaciones) para dejar el partido al descanso muy a su favor (48-36).

Sufrimiento

La victoria estaba encarrilaba y anotando tan solo un triple. El tercer acto fue el de las dudas.  Los polacos se veían fuera de la competición y trataron de volver al partido gracias a un ritmo alto en ataque, muchos triples, y subiendo la intensidad defensiva. Garbacz nos recordaba a Yusta con triples de todos los colores, pero el partido se jugaba en Miribilla.

Los polacos jugaron con las dudas bilbaínas, ante la falta de criterio ofensivo local llevaron el partido a una igualdad impensable en el tramo final (70-68). Killeya-Jones volvió a aparecer ante la falta de acierto exterior y mantener, a duras penas, a los suyos por delante. Curiosamente fue con un triple de Andersson como se logró vivir con tranquilidad el final del partido. Bien está lo que bien acaba.

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